"Hay que estudiar el clima del pasado para entender cómo influye el hombre en el actual"

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03/10/2012
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Agencia de Noticias DiCYT
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La científica italiana Renata Lucchi destaca el papel de la Universidad de Salamanca en las investigaciones sobre la evolución del clima en los polos

José Pichel Andrés/DICYT Científicos que han participado en el proyecto español SVAIS y en el italiano EGLACOM se han dado cita ayer y hoy en Salamanca para analizar los resultados de estas iniciativas que, impulsadas por la celebración del Año Polar Internacional, han estudiado la historia de los glaciares situados al Sur de las Islas Svalbard (Noruega). En una entrevista concedida a DiCYT, Renata Lucchi, investigadora del Istituto Nazionale di Oceanografia e di Geofisica Sperimentale (OGS) de Trieste (Italia), y responsable de la coordinación de estos proyectos, ha explicado la importancia de estas investigaciones y las perspectivas que hay para una próxima campaña en 2013, con la participación de la Universidad de Salamanca.

El Año Polar Internacional se celebró en 2007 y 2008, pero la cantidad de datos que los científicos extrajeron de diversos proyectos hace que su análisis continúe en la actualidad. Una expedición española a bordo del buque Hespérides en la que participó la Universidad de Salamanca formó parte del proyecto SVAIS con el objetivo de obtener información sobre batimetría, geofísica y sedimentos marinos de una zona cercana a las Islas Svalbard. La meta es saber más acerca de los cambios climáticos que a lo largo de miles de años ha sufrido esta zona, algo a lo que también contribuyó el proyecto italiano EGLACOM. "Los datos que salieron de estas dos campañas son tan importantes que científicos de Noruega se unieron a nosotros para continuar la investigación", comenta Renata Lucchi, que también trabajó en la Universidad de Barcelona.

Estas investigaciones están teniendo gran relevancia para el estudio de la evolución del clima. "Después del último periodo glacial hay una serie de cambios climáticos a una escala mucho más pequeña", señala la investigadora, "no estamos hablando de 100.000 años, sino de 1.000 o incluso menos, periodos cortos en los que se produjeron cambios destacados".

"Para estudiar el presente tenemos que saber exactamente cómo ha cambiado el clima del pasado. De esa manera podremos saber el impacto que tiene el hombre y entender cómo tendría que desarrollarse el ciclo natural", indica. En este sentido, "parece muy claro que sí, que hemos cambiado algo, porque tras el inicio de la era industrial hay variaciones muy relevantes".

De hecho, la científica recuerda que está previsto un aumento de temperaturas medias globales de dos a tres grados en pocas décadas lo cual "sería un desastre", teniendo en cuenta que hasta ahora en el conjunto del planeta se ha registrado un aumento de menos de un grado y aún así ya se notan sus efectos. Aunque sólo es una predicción que puede no cumplirse, "los picos de temperatura podrían llegar a las que había en la Tierra hace más de tres millones de años", de manera que es importante estudiar lo que ha sucedido en el pasado para "saber a qué nos vamos a enfrentar". 

Los proyectos dejan un mayor conocimiento en torno a la composición de los sedimentos de los fondos marinos y demuestran que el deshielo comportó cambios en el plancton, lo cual repercute en toda la cadena alimentaria, un enfriamiento del agua, lo cual tiene importantes repercusiones. "Supone un cambio en la circulación profunda del agua marina, lo cual acarrea un cambio climático", señala la investigadora, poniendo como ejemplo la actual corriente del Golfo, la masa de agua caliente que circula desde el Golfo de México hasta el Norte de Europa y hace, por ejemplo, que Noruega tenga un clima benigno en comparación con la helada Groenlandia.

Renata Lucchi ha destacado el papel de la Universidad de Salamanca porque buena parte de todos estos datos proceden de los sedimentos marinos que se extraen, los testigos. En ellos se estudia la mineralogía, la geoquímica y la micropaleontología del fondo marino y ésta última es la gran especialidad del Grupo de Geociencias Oceánicas de la institución académica salmantina, el estudio de plancton fosilizado. "Para los que trabajamos con testigos, Salamanca es el sitio ideal para estudiar la micropaleontología, porque se puede deducir la temperatura a la que se depositaron esos sedimentos, los nutrientes que había, la geoquímica, la salinidad o la duración de la banquisa (capa de hielo flotante)".

Nuevo proyecto

El próximo objetivo de los científicos que se han reunido en Salamanca es volver al Océano Ártico en el verano de 2013 para continuar esta línea de investigación. En esta ocasión, forman parte del proyecto España, Italia, Noruega, Dinamarca y Alemania. La idea es viajar en un barco alemán y probar un nuevo sistema de perforación para la extracción de testigos que no se ha utilizado nunca en las zonas polares. Por eso, "no sólo tiene gran importancia científica, sino también tecnológica, porque es la primera vez que este instrumento se utiliza en un área donde es difícil sacar testigos. Todos los científicos que trabajan en los polos están expectantes, porque más tarde se podría utilizar en la Antártida", apunta la científica italiana.  

Este nuevo sistema podría recuperar una gran longitud de los testigos sedimentarios y contribuir a la reconstrucción del clima del pasado con mucha más calidad. Por el momento, aún está por confirmar la participación de todos los países. Si no pudiera lograrse, el proyecto se pospondría hasta 2014.