El Parque Científico de la Universidad de Salamanca finaliza el primer curso de inspección aérea de palas de aerogeneradores con el aracnocóptero

JPA/DICYT La aeronave desarrollada por la empresa Arbórea, ubicada en el Parque Científico de la Universidad de Salamanca y adaptada a las necesidades de las empresas de energía eólica, se ha convertido en el mejor ejemplo de los múltiples retornos que ofrece invertir en I+D+i. El denominado aracnocóptero no sólo cubre las demandas de las compañías que necesitan revisar las palas de los aerogeneradores, sino que ha generado un nuevo mercado: la formación de profesionales que sepan manejar el aparato. Acaba de finalizar el primer curso.

En esta primera promoción han participado ingenieros de empresas internacionales de este sector, como la danesa LMWindpower y las españolas Altertec/Enerpal, Comantur, así como el Centro Nacional de Energías Renovables (CENER). El curso ha permitido certificar a los primeros seis pilotos inspectores de palas con esta aeronave, según la información de Arbórea recogida por DiCYT.

La plataforma Aracnocóptero EOL6.2, que incluye tanto el dispositivo volador con forma de araña como el software de análisis adecuado para interpretar las imágenes que toma, fue presentada la semana pasada en un evento que contó con la participación de representantes de organismos y empresas colaboradoras, así como del Ejército del Aire, es el resultado de más de cuatro años de investigación y desarrollo, recuerda la empresa, en el que han colaborado grupos de investigadores de la Universidad de Salamanca, técnicos militares y destacadas empresas del sector eólico.

La aeronave está lista para que esta misma primavera comience a ser utilizada una vez que se han formado los primeros especialistas y tras ser testada “en los prototipos de aerogeneradores más grandes del mundo con vientos muy duros, mostrando sus excelentes prestaciones”, indica Carlos Bernabéu, CEO de Arbórea.

Esta iniciativa es pionera en la aplicación de aeronaves no tripuladas(conocidas mundialmente como UAV, del inglés unmanned aerial vehicle) a entornos de uso civil concretos. Aunque por el momento se ha adaptado específicamente al sector eólico, que necesitaba una solución para revisar el deterioro de las palas de los molinos de viento, sus posibilidades son muy numerosas tanto para uso civil como militar.