La Universidad de Salamanca investiga la literatura de la Francofonía

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21/05/2015
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Agencia de Noticias DiCYT
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Además de Francia, otros países de lengua francesa aportan riqueza y modernidad al idioma e influyen en el pensamiento contemporáneo

José Pichel Andrés/DICYT La Facultad de Filología de la Universidad de Salamanca estudia la literatura francesa producida fuera de Francia, en particular en seis áreas especialmente potentes: Suiza, Bélgica, Canadá, el Magreb, el África Negra y las Antillas. La geografía, la cultura y la historia de cada lugar influyen en el pensamiento del conjunto de países que forman la Francofonía.

 

“Dentro de los aspectos que ofrecen una cara más moderna y contemporánea del francés destacan las culturas y literaturas que se expresan en este idioma pero que no proceden de Francia y que aportan, no solo exotismo, sino originalidad y calidad”, afirma en declaraciones a DiCYT Carmen García Cela, profesora del Departamento de Filología Francesa de la institución académica salmantina.

 

El peso que tiene la cultura del Magreb expresada en francés, por ejemplo, no solo se mide en la literatura, sino “también en el pensamiento que ha ofrecido al mundo”, comenta la experta, recordando que Jacques Derrida, uno de los filósofos contemporáneos más relevantes, nació en Argelia.

 

“Lo que marca la diferencia no es la lengua, sino el contexto, que es geográfico, cultural e histórico”, y aunque Francia ejerce una influencia hegemónica, el idioma compartido crea fuertes redes entre los demás países. Así, en el contexto de la Guerra de la Independencia de Argelia nace un discurso poscolonial que tiene una gran influencia en otros lugares. “Curiosamente, los argelinos proporcionan textos a Canadá en los años 60, en pleno fragor de la guerra, que los canadienses francófonos hacen suyos para realizar sus propias reivindicaciones frente al mundo anglófono”, señala Carmen García Cela.

 

Suiza y Bélgica no formaron parte de la Francofonía cuando se fundó como organización internacional –de hecho, Argelia no es miembro– en los años 70, ya que nunca fueron colonias francesas y esta organización era interpretada por algunos como una prolongación del mundo colonial. En realidad, la posición dominante de Francia se relativiza cuando los demás países establecen lazos entre sí. La explosión de medios de comunicación de masas y del mundo editorial que se vivió en el siglo XX hace que las ideas y los libros circulen a gran velocidad.

 

Así, por ejemplo, 'Retrato del colonizado, precedido por el retrato del colonizador', obra del tunecino Albert Memmi, es “un texto fundamental” y de referencia para Canadá, según la especialista, y refleja un hecho inusual, ya que invierte la orientación norte-sur que habitualmente canaliza la influencia de los modelos culturales.

 

Curiosamente, la primera gran novela del África Negra en lengua francesa, 'Los soles de las independencias', del marfileño Ahmadou Kourouma, se remonta a 1970 y fue publicada, precisamente, en Canadá puesto que no encontró apoyo en Francia a pesar de ser un país culturalmente “muy tolerante y abierto”, que edita hoy gran parte de la mejor literatura africana en francés. “Cabe destacar también que un movimiento como el de la Negritud, que exalta los valores culturales de los pueblos negros, es respaldado por Sartre y abanderado por el senegalés Senghor y el antillano Césaire y pone de manifiesto los vínculos sur-sur entre los negros de África y los negros de América”, agrega.

 

El laboratorio son los libros

 

Para llevar a cabo este tipo de estudios, “nuestro laboratorio son los libros”, explica la profesora, que reconoce que la investigación literaria requiere más tiempo que recursos económicos. En la actualidad, una de sus grandes fuentes de información es la Biblioteca Nacional de Francia, que va digitalizando todas las publicaciones una vez que caducan los derechos de autor, 100 años después de ser editadas, de manera que este año trabaja en las de 1915. Aunque es más complicado acceder a las obras de las antiguas colonias, internet está siendo una herramienta muy útil para localizar y adquirir libros en sus diversos formatos.

 

Asimismo, este trabajo del Departamento de Filología Francesa provoca gran interés en los países protagonistas, cuyas instituciones procuran facilitar la visita a Salamanca de importantes conferenciantes, que constituyen una buena fuente de información para los investigadores a la vez que enriquecen la formación de los alumnos.

 

“Lo que investigamos revierte en las clases”, resalta Carmen García Cela, que habla sobre la necesidad de prestar más atención a los idiomas en el sistema educativo español. “En Francia, los alumnos de letras que pasan el Bachillerato tienen una reválida en la que pueden presentarse a cinco idiomas, mientras que aquí sólo tienen inglés y, ocasionalmente, francés”. En su opinión, “para estar en el mundo de hoy hay que hablar lenguas y eso no se empieza a improvisar a los 18 años, viene desde atrás”. El inglés se ha vuelto indispensable, pero “se debería plantear un sistema con una segunda lengua obligatoria no sólo por el peso cultural de un idioma como el francés, sino también por la importancia del alemán, el italiano o el portugués y por la pujanza de otros cómo el chino o el árabe”.