“La física es tan hermosa que no entiendo por qué no la estudia el 100% de la población”

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28/05/2015
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Agencia de Noticias DiCYT
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El físico argentino José Edelstein participa en Salamanca en el congreso Iberian Strings 2015 y presenta su libro 'Antimateria, magia y poesía'

JPA/DICYT El físico argentino José Edelstein, investigador de la Universidad de Santiago de Compostela, ha pasado por Salamanca para participar en el congreso Iberian Strings 2015, que se celebra a lo largo de esta semana en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Salamanca, y para presentar el libro ‘Antimateria, magia y poesía’, que ha escrito junto al físico chileno Andrés Gomberoff.

 

Esta colección de 23 textos que están “a mitad de camino entre el ensayo y el cuento” mezcla ideas de la física con aspectos completamente diferentes, que pertenecen a la música, la literatura, la pintura, la filosofía y el cine, entre otros.

 

El título del libro sale de la primera de esas historias, ya que habla de Paul Dirac, “quizás el segundo físico más grande del siglo XX después de Einstein”, quien descubrió que tenía que existir antimateria realizando cálculos matemáticos en una hoja de papel. “Tenía un sentido tan sofisticado de la estética que hace que pensemos en él como en un poeta”, asegura Edelstein.

 

Parece más difícil de explicar la inclusión de la palabra “magia” en la portada de un libro de divulgación científica –el coautor confiesa que estuvieron a punto de suprimirla–, pero se debe a que ese primer relato también hace referencia a Richard Feynman, otro notable físico que fue descrito como un mago porque “cuando explicaba sus razonamientos no era muy claro”.

Precisamente, explicar la física con claridad y para un público amplio a través de un libro divulgativo parece un reto muy complicado. “La física puede ser accesible, pero eso no quita que está escrita en un lenguaje que requiere un entrenamiento previo”, comenta el físico argentino. Sin embargo, “lo importante son sus ideas”, que resultan de la observación directa o indirecta de la naturaleza y que, por tanto, son comprensibles y explicables. Tal vez la clave es “no perderse en los detalles”, como quien tiene una obra de arte antigua cubierta de suciedad y tiene que limpiarla para resaltar lo que realmente importa.

 

En ese sentido, “la mayor parte de las ideas en física son hermosas”, opina, sobre todo las sofisticadas ideas del siglo XX. “Los autores del libro compartimos una incredulidad, no entendemos por qué el 100% de la población no se matricula para estudiar física; el libro surge de esa perplejidad”.

 

Aunque aboga por contar la ciencia a cualquier tipo de público y por cualquier vía, desde monólogos a obras de teatro, “a veces explicar la física quitando todas las ecuaciones”, como también se hace en el libro, “la despoja de belleza y elegancia”.

 

Uniendo los dos pilares de la física

 

El investigador de la Universidad de Santiago de Compostela es físico teórico de altas energías y esto supone que trabaja para reconciliar los dos grandes pilares de la física, la Teoría de la Relatividad de Albert Einstein y la Mecánica Cuántica, que tienen aspectos incompatibles. “Los grandes físicos del siglo XX han trabajado en ello y no lo han logrado resolver, así que todos estamos orbitando alrededor de ese problema”, señala.

 

Un posible abordaje es la Conjetura de Maldacena, del físico argentino Juan Martín Maldacena, y en ello trabaja José Edelstein. A través de un universo “de juguete”, muy parecido al nuestro pero más sencillo, plantea una simplificación del problema que podría hacer encajar algunas piezas. De hecho, “miles de trabajos verifican aspectos parciales” de esta idea que, por el momento, es una conjetura, de manera que no está demostrada, así que es necesario seguir realizando cálculos y razonamientos, ya que “queremos aplicarla a este universo y eso supone un salto importante”.

 

La física en España

 

Desde su condición de argentino residente en Galicia desde hace muchos años, José Edelstein reivindica el gran nivel de la física latinoamericana y española, aunque no por ello evita críticas a la falta de atención que sufre la ciencia en España. “Uno puede conformarse pensando en que la situación es buena si se compara con la Transición o puede mirar a países como Alemania, Reino Unido y otros que históricamente han sido más fuertes en ciencia e intentar compensar siglos de atraso”, comenta.

En su país de origen todos los grandes investigadores jóvenes han tenido que emigrar, pero al menos existe un programa por el que mantienen vínculos con Argentina. Además, existe un ministerio dedicado a la ciencia desde hace años, mientras que en España ha desaparecido, lo cual supone “retroceder gravemente”, según Edelstein, y más teniendo en cuenta que sus competencias pertenecen ahora al Ministerio de Economía y Competitividad.

 

En su opinión, esa concepción económica de la ciencia resulta “completamente equivocada”, ya que muchas innovaciones tecnológicas, como internet, nacido en el CERN, o los discos compactos surgieron de forma indirecta a partir de la investigación básica sin que hubiese proyectos específicos que los hubieran proyectado. “Hay quien usa ideas de la física fundamental para desarrollar productos, pero no por ello puede exigírsele a quien trabaja en física teórica que piense en la utilidad que podría tener lo que está haciendo”, afirma.

 

El congreso

 

El físico de la Universidad de Santiago de Compostela ha participado en el congreso Iberian Strings 2015, cita anual que reúne a expertos en teoría de supercuerdas, física de partículas y gravedad procedentes en su mayoría de España y Portugal. A la edición de este año asisten unos 50 participantes, además de los conferenciantes invitados Cédric Deffayet (Instituto de Astrofísica de París), Henrik Johansson (CERN) y Joan Simon (Universidad de Edimburgo). A estas conferencias invitadas hay que añadir otras 29 comunicaciones. El evento está financiado por el Centro Nacional de Física de Partículas, Astropartículas y Nuclear (CPAN) y el Instituto Universitario de Física Fundamental y Matemáticas (IUFFyM).