"Tenemos que hacer estudios genéticos para tratar el alcoholismo a la carta"

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27/01/2012
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Agencia de Noticias DiCYT
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El experto en alcoholismo David Rodríguez advierte de que los tratamientos farmacológicos actuales no sirven para el 60% de los casos

JPA/DICYT Francisco David Rodríguez, científico del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Salamanca, ha impartido hoy un seminario de investigación en el Instituto de Neurociencias de Castilla y León (Incyl) con el objetivo de motivar a los jóvenes investigadores a que estudien el problema del alcoholismo desde un punto de vista científico y contribuyan así a lograr mejores tratamientos que los disponibles.

"Casi un 60% de alcohólicos no se tratan porque no hay terapias exitosas", es decir, no hay un tratamiento definitivo, "pero eso no significa que no podamos diseñar tratamientos que puedan paliar al menos en parte los efectos", comenta en declaraciones a DiCYT. "El problema es que el alcohol afecta a muchos mecanismos cerebrales de neurotransmisión de distintas maneras y no es fácil atajarlo con un solo medicamento, así que es importante estimular a la comunidad científica a trabajar en este campo, experimentando a nivel básico para que luego podamos pasar a fases clínicas de desarrollo de fármacos y otros acercamientos terapéuticos", señala.

"Hoy en día sólo disponemos de dos o tres tratamientos y sólo son efectivos en poblaciones parciales de alcohólicos, tenemos que investigar los fondos genéticos para diseñar fármacos a la carta, individuales. El campo de la Farmacogenética es importantísimo en el alcoholismo", apunta. El alcoholismo es una enfermedad "muy compleja, crónica, progresiva en el tiempo e individual, es decir, no hay alcoholismo, hay alcohólicos", declara el especialista, autor del libro 'Alcohol y cerebro'.

El objetivo de la conferencia ha sido hablar del efecto que el alcohol tiene en el cerebro en cuanto a los mecanismos bioquímicos y neurológicos y también el impacto social. "Quiero confrontar dos aspectos irreconciliables, los factores sociales y los mecanismos neurológicos. Tengo un interés especial en motivar a los que están iniciando su carrera investigadora en un campo en el que es muy necesario que se investigue", declara.

"El alcohol produce un 4% de la mortalidad a nivel mundial", asegura, un dato que da idea del gran impacto que tiene su consumo. Sin embargo, "nos movemos con frases hechas, como que el alcohol moderadamente es bueno para la salud, esos titulares llegan a la población general, pero hay que analizarlos", asegura.

Para atajar el problema, lo más importante es la prevención, asegura. "Los efectos del alcohol suelen ser a largo plazo. El consumo progresivo y crónico altera el cerebro y también otros órganos, como el hígado, el órgano que se encarga de metabolizarlo, pero no tenemos una percepción directa de ese daño al ser a largo plazo", añade.

Por eso, advierte contra los mensajes tolerantes. "Yo no afirmaría que el alcohol consumido de forma moderada es bueno para la salud, es demasiado el riesgo que hay y los supuestos beneficios del alcohol son muy inferiores a los daños que puede producir, así que yo no recomiendo el alcohol ni moderadamente", sentencia.