La revista de la Sociedad Geológica Americana, dedicada a una investigación de la Universidad de Salamanca

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05/07/2012
Autores: 
Agencia de Noticias DiCYT
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El artículo recoge las investigaciones del geólogo Gabriel Gutiérrez Alonso sobre formación de cadenas montañosas en el pasado, en colaboración con científicos de Estados Unidos y Canadá

JPA/DICYT La revista de la Sociedad Geológica Americana, GSA Today, se distribuye cada mes entre 25.000 geólogos de todos el mundo y aborda de forma monográfica un solo tema. En este mes de julio de 2012 su portada es una gran foto del entorno de La Cueta, en el Norte de León, donde nace el río Sil, que sirve para ilustrar una investigación dirigida por Gabriel Gutiérrez Alonso, científico de la Universidad de Salamanca, sobre la formación de cadenas montañosas. Este trabajo es un resumen de ocho años de trabajo en colaboración con otros investigadores de España, Estados Unidos y Canadá.

Para Gabriel Gutiérrez Alonso, que su trabajo haya sido elegido para ser difundido entre los geólogos de todo el mundo supone un verdadero "premio" a ocho años de trabajo sobre la formación del Orógeno Varisco, una gran cordillera montañosa causada por la colisión de los continentes Laurentia (en la actualidad, Norteamérica y Eurasia) y Gondwana (África, Sudamérica, India y Australia). Una de las mayores aportaciones de las distintas publicaciones científicas que se resumen en este artículo ha sido que aquella formación de montañas variscas, que ocurrió hace unos 320 millones de años y posteriormente se dobló en forma de herradura, no sólo afectó a una parte superficial de la corteza terrestre, sino que los procesos que la acompañaron dejaron una huella mucho más profunda, entre 60 y 100 kilómetros bajo tierra.

Más tarde, las montañas variscas se erosionaron y posteriormente dieron paso a la formación de las montañas actuales, pero el estudio de su formación tiene importantes implicaciones económicas hoy en día. Por ejemplo, "es probable que las minas de wolframio que vuelven a estar de actualidad por su reapertura tengan su origen en el proceso de curvatura de las montañas variscas", señala el experto en declaraciones a DiCYT. Del mismo modo, el origen del granito que se explota en la actualidad está vinculado a esta época.

Además de Gabriel Gutiérrez Alonso, el artículo está firmado también por otro geólogo de la Universidad de Salamanca, Daniel Pastor Galán; Javier Fernández Suárez, de la Universidad Complutense de Madrid; Stephen Johnston, de la Universidad de Victoria (Canadá); y Arlo Weil, del Bryn Mawr College de Pennsylvania (Estados Unidos).

Este grupo inició esta línea de investigación en 2004 formulando hipótesis que se han visto confirmadas tras años de trabajo en los que han recopilado una gran cantidad de datos a través de diferentes técnicas, como los estudios de campo sobre la disposición de las rocas, el estudio de isótopos radiactivos o la simulación de los procesos que tuvieron lugar en el pasado, pero sobre todo a través del paleomagnetismo, una técnica que analiza los campos magnéticos, como si fuese una brújula grabada en las rocas, que sirve para averiguar de qué manera se han desplazado los materiales terrestres con respecto al momento en el que se formaron.

Así han comprobado, tal y como esperaban, que los movimientos que dieron lugar a la curvatura de la antigua cadena montañosa no se limitaron a la parte más superficial de la corteza terrestre, sino que afectaron a capas muy profundas. Además, han demostrado que en un principio la cadena montañosa era recta y posteriormente se fue arqueando.

En la zona de la actual Cordillera Cantábrica que protagoniza la portada de la revista GSA Today, justo donde nace el río Sil, y en sus alrededores se han encontrado "algunas de las evidencias científicas más sólidas" para probar las hipótesis de los investigadores, por eso se trata de un enclave especialmente significativo.