“Las personas honestas y humildes toman mejores decisiones en términos de ganancia total”

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23/05/2014
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Agencia de Noticias DiCYT
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El estudio de las ondas cerebrales ayuda a entender la toma de decisiones, una materia de la que se ocupa la neuroeconomía, según ha explicado hoy un experto en Salamanca

JPA/DICYT El científico italiano Alessandro Villa, investigador de la Universidad de Lausanne (Suiza), ha visitado hoy el Instituto de Neurociencias de Castilla y León (INCYL) de la Universidad de Salamanca para hablar de un término bastante novedoso en el campo de las neurociencias: la neuroeconomía, que se encarga de estudiar la toma de decisiones. En concreto, este investigador analiza las ondas cerebrales, que reflejan la actividad eléctrica producida por el cerebro y que son diferentes según el perfil de cada persona.

“La neuroeconomía es una nueva subdisciplina de las neurociencias y de la economía y su fin es estudiar los circuitos cerebrales involucrados en la toma de decisiones y en la asunción de riesgos, que son dos procesos que tienen muchos efectos en economía”, ha explicado el experto a DiCYT.

La crisis económica “ha demostrado que nuestro cerebro no toma siempre las decisiones correctas”, señala el investigador, aunque la neuroeconomía no nació para estudiar este fenómeno, sino que se remonta a hace 15 años. “Sabemos que podemos calcular de forma matemática cuándo podemos ganar en un juego, pero también sabemos que los humanos que juegan no actúan de la forma más óptima para ganar”, añade.

Los científicos aún no saben por qué el cerebro toma decisiones erróneas, pero parece que no evalúa bien la información de la que dispone y que realiza construcciones imaginarias que no se corresponden con la realidad , de manera que, por ejemplo, las personas tienden a sobreestimar las posibilidades reales que tiene de ganar en un juego de azar.

El equipo de investigación de Alessandro Villa realiza estudiar que tienen como objetivo analizar cómo las ondas cerebrales se diferencian entre individuos con diferentes personalidades. Para ello, se determinan estas diferencias individuales a través de cuestionarios y de investigación psicológica que permiten distinguir a los participantes con una personalidad abierta, extravertida o con mucha confianza de quienes tienen valores menores en estas escalas. “Hemos visto es que sus ondas cerebrales son diferentes y que luego toman decisiones diferentes en juegos”, señala el investigador.

Una mayor ganancia total

En general, no hay prototipos de personas que toman mejores o peores decisiones, aunque el experto revela una observación interesante: “Hay cuestionarios previos que nos permiten medir si una persona es honesta y humilde, y las personas que tienen una buena cantidad de puntos en estas calificaciones son los que, en un promedio, ganan más”, comenta. Dicho de otra forma, “cuando dos personas que son poco honestas se enfrentan entre sí, al final los dos van a perder frente a dos honestos que juegan uno contra otro en términos de ganancia total”.

Todas estas observaciones tienen implicaciones económicas y, de hecho, muchas instituciones financieras se están interesando por el campo de la neuroeconomía y ya existe el término neurofinanzas. Sin embargo, el trabajo de Alessandro Villa no busca aplicaciones prácticas: “Nuestro fin es comprender mejor cómo funcionan los circuitos cerebrales, luego otros pueden aplicar ese conocimiento”, señala, pero en opinión la economía no va a mejorar porque alguien se dedique a estudiar el cerebro.

Hiperactividad

De hecho, este tipo de investigación tiene otro tipo de aplicaciones, como el estudio de la hiperactividad. “Los individuos hiperactivos tienen tendencia a tomar decisiones dañinas para sí mismos”, así que los investigadores se plantean si con un tipo de entrenamiento cognitivo, una forma de hacer unos ejercicios mentales, podría mejorar a medio o largo plazo su toma de decisiones.

El investigador italiano, que ha ofrecido un seminario de investigación en el Instituto de Neurociencias, ha trabajado en Estados Unidos, Israel y Francia y mantiene una estrecha relación con científicos españoles del campo de las neurociencias, que se cuentan entre “los mejores que hay”, asegura. A Salamanca le unen muchos años de relación con Miguel Ángel Merchán, investigación del INCYL, un centro donde se desarrollan investigaciones “de altísima calidad”, afirma.