“La cultura científica ya está incorporada a las políticas de Iberoamérica”

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30/05/2014
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Agencia de Noticias DiCYT
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Finaliza el ‘IV Encuentro de Estudiantes de Doctorado’ del Instituto de Estudios de la Ciencia y la Tecnología (eCyT) de la Universidad de Salamanca

JPA/DICYT Después de cuatro días de presentaciones, el ‘IV Encuentro de Estudiantes de Doctorado’ del Instituto de Estudios de la Ciencia y la Tecnología (eCyT) de la Universidad de Salamanca ha concluido hoy con una ponencia de Carina Cortassa, investigadora de REDES, Centro de Estudios sobre Ciencia, Desarrollo y Educación Superior de Buenos Aires (Argentina), sobre la cultura científica en el marco de las políticas de ciencia, tecnología e innovación en Iberoamérica.

“Es importante hacer un balance de lo ocurrido en los últimos años en la construcción de cultura científica y de la comunicación pública de la ciencia en los países iberoamericanos”, ha comentado Carina Cortassa en declaraciones a DiCYT. “A partir del fuerte trabajo inicial que se desarrolló en España y en Portugal, en estos momentos se está produciendo un efecto contagio en Latinoamérica”, destaca.

Las políticas de ciencia, tecnología e innovación ya están incorporando progresivamente el componente de cultura científica “dentro del marco orgánico de la política”. Es decir, que “ya no se entiende como una actividad lateral o añadida que realizan los investigadores cuando pueden, sino que tiene un estatus dentro de los objetivos, las metas y las líneas de acción de políticas”, indica la experta. Este hecho es “importante, alentador y positivo”, aunque hay “aspectos que tienen que ver con lo institucional, cultural y político que todavía ralentizan el proceso”.

En cualquier caso, “existe un movimiento muy interesante tanto en el ámbito de la investigación como en las prácticas de construcción de cultura científica en este momento, es una ola que tenemos que aprovechar”, asegura la especialista argentina en referencia al marco en el que se ha desarrollado su conferencia: el encuentro de estudiantes de doctorado del eCyT. “Muchos alumnos del máster y del doctorado del Instituto son latinoamericanos, gente que regresó a su país, como es mi caso, o que va regresará algún día, y creo que es un buen momento para que nosotros podamos movilizar la cultura científica en nuestros respectivos países a partir del conocimiento adquirido aquí”.

Visibilidad

Carina Cortassa valora especialmente la visibilidad que está logrando la popularización de la ciencia dentro de la política. “Hoy en día todos los documentos de política científica vigentes en Latinoamérica, salvo algunas excepciones, incluyen explícitamente la construcción de cultura científica, las estrategias de apropiación social del conocimiento o de comunicación social de la ciencia. Ahora tenemos que trabajar en traducir ese nivel retórico en acciones reales”, afirma.

“Durante muchos años, los presupuestos de ciencia y tecnología se orientaron a fortalecer las necesidades básicas, como la formación de recursos humanos”, mientras que la cultura científica quedó marginada. Sin embargo ahora, sólo por el hecho de que los documentos políticos ya aluden a proyectos de cultura científica, “necesariamente hay que dotarlos de presupuesto”.

Algunos países atesoran una tradición más larga en el fomento de la cultura científica, como es el caso de España, Portugal, México, Brasil y Chile, cita la experta, mientras que en otros el movimiento es más incipiente, como Argentina y Paraguay.

Acciones

Cuando una nación comienza a preocuparse por este tema, sus primeros focos de atención suelen estar en el nivel educativo, con la realización de actividades como campamentos científicos o el fomento de clubes de ciencias, aunque también hay otro tipo de acontecimientos destinados a un público más general, como la Semana de la Ciencia, que ya está muy asentada tanto en España y Portugal como en el resto de los países iberoamericanos.

Otra tendencia “muy interesante”, apunta la especialista, pasar por involucrar a la propia comunidad científica. “Se están financiando proyectos de cultura científica propuestos o diseñados por la propia comunidad de investigadores y eso es sumamente importante”, destaca.