Alfredo Pérez Rubalcaba inaugura el Máster en Estudios Sociales de la Ciencia y la Tecnología de la Universidad de Salamanca

José Pichel Andrés/DICYT Alfredo Pérez Rubalcaba, ex ministro, exsecretario general del PSOE y profesor de la Universidad Complutense de Madrid, ha inaugurado hoy el Máster en Estudios Sociales de la Ciencia y la Tecnología de la Universidad de Salamanca con la conferencia ‘El diseño del sistema ciencia-tecnología en España’, en la que ha explicado cómo se sentaron las bases de la actual investigación científica en los años 80. En una entrevista concedida a DiCYT ha comentado su visión de la ciencia española en la actualidad.

“En este momento pasa por una situación difícil, porque se están restringiendo presupuestos y, por tanto, plantillas y recursos. La situación es delicada, no creo que sea irreversible, pero es verdad que en ciencia y tecnología cada paso atrás exige tres pasos hacia delante para volver al mismo sitio”, declaró.

Rubalcaba dedicó su conferencia a Carmina Virgili, geóloga y gestora científica y política recientemente fallecida con la que compartió la tarea de reformar el sistema de ciencia y tecnología a las órdenes del ministro de Educación y Ciencia José María Maravall en el primer gobierno socialista, entre 1982 y 1986. En aquella época, la Ley de Reforma Universitaria de 1983 y la Ley de la Ciencia de 1986 transformarían el panorama científico español.

“Teníamos ciencia y tecnología pero no había un sistema organizado”, aseguró. Al igual que hoy, en aquel momento las universidades realizaban la mitad de la investigación y dotar de autonomía al sistema universitario fue una de las principales apuestas, ya que “sin libertad no hay pensamiento científico”. Por otra parte, la Ley de la Ciencia, que estuvo vigente hasta que se aprobó una nueva, en 2011, se centró en coordinar, programar y evaluar la ciencia y logró grandes avances hasta conseguir que España se situase en el noveno puesto mundial en producción científica.

Todo ello ha derribado el mito de que los españoles no están preparados para la ciencia, que se plasma en la expresión del que fue rector de la Universidad de Salamanca Miguel de Unamuno “¡Que inventen ellos!”. Según Rubalcaba, en las últimas décadas se ha demostrado que los españoles investigan muy bien “cuando hay recursos y organización, es decir, un sistema”.

Modelo para Iberoamérica

En el momento de diseñar la política científica española, Rubalcaba y sus colaboradores se fijaron en países como Francia, Alemania, Reino Unido, Japón o Estados Unidos. Posteriormente, España también ha servido de modelo de para algunos países iberoamericanos, que se fijaron en el esquema. En ese sentido, el profesor de la Universidad Complutense considera que puede ser un buen modelo para los países que tratan de poner en marcha su sistema de ciencia y tecnología. “Si están en el comienzo yo les recomendaría no llegar al punto en el que nosotros encontramos la administración española, porque la investigación científica y el desarrollo tecnológico estaban completamente sectorializados, es decir, cada ministerio ordenaba su sector y esto es malo. Si ya tienen ese problema, nuestro sistema de coordinación funciona, aunque en realidad es muy sencillo: manda quien tiene el presupuesto”, comentó a DiCYT.

Para llegar realmente a una economía del conocimiento a España “le faltan recursos y coordinación, pero en conjunto creo que el sistema científico español ha demostrado que cuando hay recursos se producen resultados”, agregó, “hemos demostrado en estos 30 años que nuestro sistema de ciencia y tecnología es sensible al incremento de recursos”.

En la inauguración del Máster, Rubalcaba aseguró que en España no sobran universidades, aunque recomendó que se especialicen y compitan para buscar la excelencia. Asimismo, afirmó que el exceso de cualificación no debe ser visto como un problema ya que “nadie es capaz de saber las profesiones que se demandarán dentro de 20 años” ni todos los profesionales tienen que dedicarse exactamente al campo que ha estudiado, como es su caso, un químico convertido en político.

Ciencia y política

En cualquier caso, no cree que sea necesario que los científicos entren en política para que la ciencia pueda desarrollarse en un país. “Lo importante no es tanto que haya científicos como que haya responsables políticos que tengan sensibilidad científica y sobre todo que vean lo que está pasando, porque no es muy complicado, es casi un axioma ya, una ley casi física como la de la gravedad: mañana seremos tanto como seamos capaces de investigar hoy”, apuntó.

Sin embargo, considera en el mundo de la política se habla más de I+D de lo que realmente se piensa en ella. “Puedes llenarte la boca de ciencia y tecnología, pero si rebajas el presupuesto, es que no es una prioridad”, declaró Rubalcaba, “no hay político que no hable de la I+D y de la educación como elementos para el futuro, pero luego hay que ver cómo se plasma eso en los presupuestos y en general se habla más de lo que se hace”.

Rubalcaba recordó que cuando era líder de la oposición le propuso al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, un pacto para salvar los presupuestos destinados a ciencia y tecnología y que en aquel momento aceptó, pero finalmente la idea no salió adelante.

Alfredo Pérez Rubalcaba estuvo acompañado en la conferencia, que tuvo lugar en la Hospedería Fonseca de la Universidad de Salamanca, por Miguel Ángel Quintanilla, director del Instituto de Estudios de la Ciencia y la Tecnología (eCyT) de la Universidad de Salamanca, y por Santiago López, director del Máster.

El Máster Oficial en Estudios Sociales de la Ciencia y la Tecnología es un máster oficial de la Universidad de Salamanca dedicado a la formación de expertos en la difusión de la ciencia y la tecnología y la gestión de la innovación tecnológica, está adaptado al Espacio Europeo de Educación Superior (EEES), tiene orientación profesional y de investigación y cuenta con profesores y expertos de reconocido prestigio. Aunque ya ha desarrollado un primer módulo ‘on line’, en el día de hoy se ha inaugurado el segundo módulo, de carácter presencial.