Múltiples caminos para la ciencia a pesar de las dificultades

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24/09/2015
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Agencia de Noticias DiCYT
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Las II Jornadas Europeas ‘La recuperación de Europa: juventud e investigadores’ han mostrado la necesidad de que los científicos comuniquen sus avances a la sociedad

DICYT El segundo día de las II Jornadas Europeas ‘La recuperación de Europa: juventud e investigadores’, organizadas por el Instituto de Investigaciones Científicas y Ecológicas (INICE) en la Universidad de Salamanca, ha estado marcado por la experiencia particular de varios investigadores que han contado su trayectoria personal en el mundo de la investigación, desde el emprendimiento al asociacionismo o las estancias fuera de España para consolidar una carrera investigadora.

 

José Abel Bote Paniagua, estudiante de grado de Ingeniería Agrícola en la Universidad de Salamanca y fundador de la empresa tecnológica agrícola Agrosmart Solutions, ha reclamado el derecho a “intentar vivir de lo que nos gusta”, en su caso, uniendo sus dos pasiones, la robótica con la agricultura. Así ha creado un negocio basado en el desarrollo de robots para tareas agrícolas para lograr un ahorro económico y salvaguardar el medio ambiente. En su caso, necesita más de dos millones de euros para sacar adelante la idea, pero cree que “es posible encontrar financiación” y ha puesto varios ejemplos, como el apoyo del programa YUZZ que le va a permitir viajar próximamente a Silicon Valley.

 

Ana González, del Instituto de Neurociencias de Castilla y León (INCYL) de la Universidad de Salamanca, ha explicado que tras doctorarse los investigadores se encuentran ante dos opciones: por un lado, apostar por una carrera científica en las universidades o el CSIC; por otro, salir al mundo empresarial por cuenta propia o ajena. Ninguna opción es fácil, pero la carrera científica se encuentra con el problema de la fuga de cerebros, jóvenes que se van al extranjero y no pueden volver ante dificultades como la falta de financiación y la burocracia. Aun así, investigar compensa porque “siempre estás en la frontera del conocimiento, viendo algo que no ha visto nadie antes”, asegura.

 

Jose Carlos Sastre, presidente de la asociación Zamora Protohistórica, está finalizando su tesis doctoral en la Universidad de Granada. “La asociación nació para dar salida a proyectos de investigación arqueológica ante la falta de financiación”, comentó. Así han conseguido fomentar “una disciplina amenazada por la crisis y transmitir conocimiento práctico a las decenas de voluntarios que durante los últimos años han participado en sus excavaciones.

 

Carlos Hernández, del Grupo de Óptica Extrema de la Universidad de Salamanca, disfruta de una beca europea Marie Curie que le ha permitido pasar dos años en la Universidad de Colorado en Boulder. Allí ha identificado varias ventajas a la hora de hacer ciencia: el valor que se le otorga a la investigación básica frente a la obsesión europea por la investigación aplicada, las infraestructuras, las facilidades burocráticas y la importancia que se concede a la divulgación.

 

Por su parte, Roberto Feltrero, doctor en Ciencias Cognitivas por la UNED, explicó el proyecto Heliox de software libre que le ha llevado a desarrollar en México un sistema operativo pensado para las lenguas indígenas. En su opinión, “cuando tienes un producto tecnológico las posibilidades se multiplican” a la hora de incorporarse a empresas o grupos de investigación que ya estén en marcha.

 

Una sociedad que no defiende la ciencia

 

Posteriormente, una segunda mesa de debate moderada por la directora gerente de la Fundación 3CIN y directora de la agencia DiCYT Ana Victoria Pérez abordó el apoyo social a la investigación y la necesidad de los investigadores de acercarse al público. “Los científicos son responsables de conservar el sistema de ciencia y para ello hace falta que tenga un enganche con la sociedad”, aseguró el experto en filosofía e historia de la ciencia de la Universidad de Salamanca Bruno Maltrás. Si los recortes en la financiación han sacudido a la ciencia española en los últimos tiempos se debe a que “no hay una sociedad preparada para defenderla”, señaló.

 

Profundizando en el acercamiento del científico a la sociedad, José Pichel, periodista de DiCYT, comentó los problemas y las oportunidades que tienen los investigadores en los medios de comunicación y ofreció datos sobre el creciente interés del público por la ciencia según las encuestas que periódicamente realiza la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT).

 

Marcos Merino, redactor de medios digitales especializado en tecnología e innovación, señaló algunos problemas de la comunicación científica en internet, como la llamada infoxicación o exceso de información y la cantidad de artículos sobre pseudociencias. Por ello, apeló no solo a la responsabilidad de científicos y periodistas, sino también del propio lector en la elección de contenidos.

 

Las jornadas se completan mañana, viernes 25, con mesas redondas que abordan la evolución de la investigación y la política científica, con la participación de José Ignacio Fernández Vera, director general de FECYT; Jorge Barrero Fonticoba, director general de la Fundación COTEC; Alicia Durán y Luis Sanz, profesores de investigación del CSIC; y Miguel Ángel Quintanilla, director del Instituto de Estudios de la Ciencia y la Tecnología (eCyT) de la Universidad de Salamanca.