EL GERMEN DEL ÉXITO DE HEMATOLOGÍA

EL GERMEN DEL ÉXITO DE HEMATOLOGÍA

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El germen del éxito de Hematología Antonio López Borrasca y Agustín Ríos, fallecido la semana pasada, fueron los 'padres' del actual servicio hospitalario que tanto prestigio da a Salamanca a nivel nacional e internacional ALEJANDRO SEGALÁS | SALAMANCA CUENTAN las lenguas antiguas que en Salamanca en los años 50 y 60 comenzó a florecer la semilla del servicio de Hematología, referente hoy nacional e internacional en el ámbito de las enfermedades de la sangre. Dos pilares básicos son los ¿padres" de esta criatura hospitalaria que se ha convertido en el orgullo de la sanidad salmantina y de la ciudad: Antonio López Borrasca y Agustín Ríos González. Ambos, que coincidieron inicialmente como internistas en el Hospital de la Santísima Trinidad, lo hicieron posteriormente en el Instituto de Investigaciones Clínicas de la Facultad de Medicina, antes de la creación del Hospital Clínico y del servicio de Hematología como tal. López Borrasca falleció en 2008, mientras Ríos González lo hizo el pasado miércoles 8 de febrero. La actual jefa del servicio de Hematología, Consuelo del Cañizo, y las hematólogas Lola Caballero y María Antonia García Marcos rememoran con este diario cómo el despegue del servicio tenían los apellidos López Borrasca y Ríos González. ¿El profesor Ríos fue uno de los primeros en montar un laboratorio potente de hematología en España siendo referente nacional, junto a Valencia, en el campo de la genética y la morfología", describen sus discípulas, mientras que añaden que fue uno de los principales artífices del descubrimiento de los diferentes tipos de leucemias agudas. Ambos 'padres' de la hematología salmantina tuvieron sendas aventuras lejos del servicio. En 1960 López Borrasca se trasladó a la Universidad de Navarra, para desarrollar el servicio de Hematología de lo que ahora es la actual Clínica Universitaria. Mientras tanto, Agustín Ríos se había reincorporado a la práctica médica tras sus estudios de teología y su ordenación sacerdotal. Posteriormente, en 1975, con el nacimiento del Hospital Clínico se crea el servicio de Hematología y la primera Cátedra de la especialidad en España, que obtiene López Borrasca, que así retornaba a Salamanca. Este referente trae bajo el brazo una generación dorada de la hematología nacional conocidos como los 'borrasquines', fieles discípulos del profesor López Borrasca. En esta camada de talento estaban Ignacio Alberca, Javier Batlle, Vicente Vidal, Vicente Vicente, Fernando Hernández Navarro, José María Moraleda y Jesús San Miguel. Precisamente éste último recogería el legado y continuaría el « » ... ; . \ ¿ Las doctoras García Marcos, Del Cañizo y Caballero con una fotografía de los hematólogos López Borrasca, Ríos y San Miguel. | almeida r Salamanca y Valencia tuvieron los primeros laboratorios en España para investigar sobre enfermedades de la sangre proyecto como jefe de servicio de Hematología del Hospital de Salamanca relanzando todavía más su prestigio fuera de las fronteras españolas. El sello de San Miguel estuvo presente como jefe de servicio de 1991 a 2013. El destino y la historia se repiten y San Miguel regresó a la Clínica Universitaria de Navarra al igual que en su momento lo hizo su mentor López Borrasca. Consuelo del Cañizo desde entonces lidera este equipo de profesionales que trabajan duro para mantener la calidad del servicio y el marchamo de referencia internacional. La semana pasada, con la muerte del profesor Agustín Ríos, se fue un pedazo de los pilares del servicio de Hematología pero su legado sigue más vivo que nunca y la nueva generación de hematólogos luchan para que el proyecto no acabe nunca. Agustín Ríos González, un adelantado a su tiempo Sacerdote y hematólogo pionero en los años 60 marcó con su carrera el crecimiento del servicio de Hematología A.S. | SALAMANCA CADA época de la historia no se puede comprender sin su contexto y los modelos culturales que reinaban en aquellos años. Por ello la figura del hematólogo y sacerdote Agustín Ríos González toma más protagonismo. Natural de Valencia de Alcántara (Cáceres) estudió Medicina y después recibió la llamada de la fe. No era muy común que en los años 60 un médico tan relevante además fuera cura. Ciencia y fe ya estaban unidos. ¿Hombre de gran inteligencia y simpatía tenía el gran don de conocer a las personas casi desde el primer encuentro y la gran virtud de aceptarlas como eran", así lo define Consuelo del Cañizo, actual jefa del servicio de Hematología del Hospital, mientras que destaca su ¿gran sentido del humor y una fina ironía pero ante todo una gran generosidad y capacidad de afecto hacia todos los que le rodeaban". La hematóloga Dolores Caballero recuerda que tenía un don de gentes especial y que bromeaba con los residentes llamándolos cariñosamente 'ignorantes'. ¿¿Sabéis algo ignorantes ", bromeaba Ríos González, recuerda Caballero con una sonrisa de I Sentido del humor, talento científico, cercanía y devoción son algunos de los conceptos que mejor le describían oreja a oreja. La hematóloga María Antonia García Marcos ya coincidió con él en el hospital provincial y le describe subiendo unas escaleras recogiendo su sotana por los pies y con su alzacuellos. ¿Era un hombre de mente abierta y compaginaba a la perfección su condición de sacerdote y de médico", insiste García Marcos. Este capellán de la Universidad de Salamanca y expresidente de la Sociedad Española de Hematología acumulaba talento así como una 'memoria prodigiosa', según relatan sus discípulas que también sufrieron sus bromas mientras que cambiaban la historia de la hematología española. El profesor Ríos González era un hombre del renacimiento capaz de curar cuerpo y alma al mismo tiempo.

Posición: 
28
Medio: 
GACSA
Procedencia: 
CASTILLA-LEON
Número de Lectores: 
83 000
Tirada: 
12 947
Difusión: 
10 651
Sector: 
INFORMACION GENERAL
Periodicidad: 
Diaria
Clasificación: 
Información General
Identificador Noticia: 
108 520 497.00
Titular: 
EL GERMEN DEL ÉXITO DE HEMATOLOGÍA
Autor: 
ALEJANDRO SEGALÁS | SALAMANCA
Fecha: 
Domingo, 19 Febrero, 2017
Superficie: 
891.50
Página: 
12
Texto libre: 
El germen del éxito de Hematología Antonio López Borrasca y Agustín Ríos, fallecido la semana pasada, fueron los 'padres' del actual servicio hospitalario que tanto prestigio da a Salamanca a nivel nacional e internacional ALEJANDRO SEGALÁS | SALAMANCA CUENTAN las lenguas antiguas que en Salamanca en los años 50 y 60 comenzó a florecer la semilla del servicio de Hematología, referente hoy nacional e internacional en el ámbito de las enfermedades de la sangre. Dos pilares básicos son los ¿padres" de esta criatura hospitalaria que se ha convertido en el orgullo de la sanidad salmantina y de la ciudad: Antonio López Borrasca y Agustín Ríos González. Ambos, que coincidieron inicialmente como internistas en el Hospital de la Santísima Trinidad, lo hicieron posteriormente en el Instituto de Investigaciones Clínicas de la Facultad de Medicina, antes de la creación del Hospital Clínico y del servicio de Hematología como tal. López Borrasca falleció en 2008, mientras Ríos González lo hizo el pasado miércoles 8 de febrero. La actual jefa del servicio de Hematología, Consuelo del Cañizo, y las hematólogas Lola Caballero y María Antonia García Marcos rememoran con este diario cómo el despegue del servicio tenían los apellidos López Borrasca y Ríos González. ¿El profesor Ríos fue uno de los primeros en montar un laboratorio potente de hematología en España siendo referente nacional, junto a Valencia, en el campo de la genética y la morfología", describen sus discípulas, mientras que añaden que fue uno de los principales artífices del descubrimiento de los diferentes tipos de leucemias agudas. Ambos 'padres' de la hematología salmantina tuvieron sendas aventuras lejos del servicio. En 1960 López Borrasca se trasladó a la Universidad de Navarra, para desarrollar el servicio de Hematología de lo que ahora es la actual Clínica Universitaria. Mientras tanto, Agustín Ríos se había reincorporado a la práctica médica tras sus estudios de teología y su ordenación sacerdotal. Posteriormente, en 1975, con el nacimiento del Hospital Clínico se crea el servicio de Hematología y la primera Cátedra de la especialidad en España, que obtiene López Borrasca, que así retornaba a Salamanca. Este referente trae bajo el brazo una generación dorada de la hematología nacional conocidos como los 'borrasquines', fieles discípulos del profesor López Borrasca. En esta camada de talento estaban Ignacio Alberca, Javier Batlle, Vicente Vidal, Vicente Vicente, Fernando Hernández Navarro, José María Moraleda y Jesús San Miguel. Precisamente éste último recogería el legado y continuaría el « » ... ; . \ ¿ Las doctoras García Marcos, Del Cañizo y Caballero con una fotografía de los hematólogos López Borrasca, Ríos y San Miguel. | almeida r Salamanca y Valencia tuvieron los primeros laboratorios en España para investigar sobre enfermedades de la sangre proyecto como jefe de servicio de Hematología del Hospital de Salamanca relanzando todavía más su prestigio fuera de las fronteras españolas. El sello de San Miguel estuvo presente como jefe de servicio de 1991 a 2013. El destino y la historia se repiten y San Miguel regresó a la Clínica Universitaria de Navarra al igual que en su momento lo hizo su mentor López Borrasca. Consuelo del Cañizo desde entonces lidera este equipo de profesionales que trabajan duro para mantener la calidad del servicio y el marchamo de referencia internacional. La semana pasada, con la muerte del profesor Agustín Ríos, se fue un pedazo de los pilares del servicio de Hematología pero su legado sigue más vivo que nunca y la nueva generación de hematólogos luchan para que el proyecto no acabe nunca. Agustín Ríos González, un adelantado a su tiempo Sacerdote y hematólogo pionero en los años 60 marcó con su carrera el crecimiento del servicio de Hematología A.S. | SALAMANCA CADA época de la historia no se puede comprender sin su contexto y los modelos culturales que reinaban en aquellos años. Por ello la figura del hematólogo y sacerdote Agustín Ríos González toma más protagonismo. Natural de Valencia de Alcántara (Cáceres) estudió Medicina y después recibió la llamada de la fe. No era muy común que en los años 60 un médico tan relevante además fuera cura. Ciencia y fe ya estaban unidos. ¿Hombre de gran inteligencia y simpatía tenía el gran don de conocer a las personas casi desde el primer encuentro y la gran virtud de aceptarlas como eran", así lo define Consuelo del Cañizo, actual jefa del servicio de Hematología del Hospital, mientras que destaca su ¿gran sentido del humor y una fina ironía pero ante todo una gran generosidad y capacidad de afecto hacia todos los que le rodeaban". La hematóloga Dolores Caballero recuerda que tenía un don de gentes especial y que bromeaba con los residentes llamándolos cariñosamente 'ignorantes'. ¿¿Sabéis algo ignorantes ", bromeaba Ríos González, recuerda Caballero con una sonrisa de I Sentido del humor, talento científico, cercanía y devoción son algunos de los conceptos que mejor le describían oreja a oreja. La hematóloga María Antonia García Marcos ya coincidió con él en el hospital provincial y le describe subiendo unas escaleras recogiendo su sotana por los pies y con su alzacuellos. ¿Era un hombre de mente abierta y compaginaba a la perfección su condición de sacerdote y de médico", insiste García Marcos. Este capellán de la Universidad de Salamanca y expresidente de la Sociedad Española de Hematología acumulaba talento así como una 'memoria prodigiosa', según relatan sus discípulas que también sufrieron sus bromas mientras que cambiaban la historia de la hematología española. El profesor Ríos González era un hombre del renacimiento capaz de curar cuerpo y alma al mismo tiempo.
Número de Páginas: 
1
Tipo de Impresión: 
Blanco y Negro
Archivo PDF: 
prensa/noticias/201702/001SLYY9.pdf
Identificador Tema: 
93 644
Tema: 
UNIVERSIDAD DE SALAMANCA