Investigación del IBSAL prueba la eficacia de un nuevo tratamiento contra el cáncer de próstata

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El Grupo de investigación traslacional de urología, a cargo de Francisco Gómez Veiga, demuestra los beneficios de la terapia focal como tratamiento para el cáncer de próstata
El estudio, llevado a cabo en 47 hospitales europeos, revela el rendimiento de esta alternativa que produce menos efectos colaterales
20/04/2017
Autores: 
Comunicación Universidad de Salamanca
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El Grupo de investigación traslacional de urología (GITUR) del Instituto de Investigación Biomédica de Salamanca (IBSAL) a cargo de Francisco Gómez Veiga —profesor de la Facultad de Medicina y jefe de servicio de Urología del Complejo Asistencial Universitario de Salamanca— prueba la eficacia de un nuevo tratamiento contra el cáncer de próstata. La terapia focal presenta importantes ventajas para lograr una mayor capacidad de control de la enfermedad y, a su vez, muestra una notable reducción de los efectos secundarios respecto a otras terapias. Una de las conclusiones principales extraídas de la investigación es en torno a la previsible evolución de los tratamientos para esta enfermedad, que serán más específicos en relación a las peculiaridades concretas de cada paciente y del tipo de tumor.

La terapia focal, y más en concreto la terapia fotodinámica, se postula como una potente alternativa a los métodos clásicos para tratar el cáncer de próstata, pues parece evitar los riesgos de infra y sobretratamiento que en ocasiones presentan la vigilancia activa y el tratamiento radical respectivamente. Tanto la cirugía como la radioterapia (sea ésta externa o intersticial) son procedimientos en los que la glándula prostática en su totalidad se ve afectada, incluidas las zonas sanas. Los efectos colaterales de estas terapias son numerosos y variados, desde trastornos de la continencia urinaria hasta problemas de disfunción eréctil. Por esta razón, la terapia focal para el cáncer de próstata resulta un gran avance, ya que se actúa sobre la zona cancerosa o maligna y el tejido circundante intentando, de esta manera, no afectar a la totalidad del órgano para que mantenga su funcionalidad. 

La técnica ha sido empleada en 47 hospitales europeos, donde 400 pacientes se han beneficiado de la eficacia de este innovador tratamiento, lo cual queda recogido en la publicación en la importante revista de temática oncológica Lancet Oncology, cuyo factor de impacto es de 26,509.

La diagnosis del cáncer de próstata

La importancia de explorar nuevas medidas para tratar esta enfermedad es evidente cuando observamos que las cifras de afectados por el cáncer de próstata ascienden hasta superar los 25.000 casos por año en España. Esto lo convierte en el tumor más frecuente en varones y es causa de muerte de aproximadamente 5.800 hombres al año en España. En Salamanca fueron 250 los tumores diagnosticados en la zona prostática en el año 2016. No obstante, más del 75% de los tumores son detectados en fases localizadas, y es entonces cuando puede ser aplicada la terapia fotodinámica.

Gracias a los métodos actuales de diagnóstico precoz, sólo el 5% de los tumores de próstata diagnosticados se encuentra en fase metastásica. En la actualidad los procedimientos habituales para este tipo de diagnóstico son la biopsia de próstata, es decir, la extracción y posterior examen del tejido prostático, y la exploración con tacto rectal.

Estas técnicas de diagnosis son apoyadas por el análisis del marcador PSA, cuyas siglas hacen referencia al antígeno prostático específico, que es una proteína producida por las células de la glándula prostática. Una elevada concentración de esta proteína en la sangre puede ser signo de cáncer, por lo que comúnmente va seguido de una biopsia que aclare la causa de tal anomalía.

Instituto de Investigación Biomédica de Salamanca (IBSAL)

El IBSAL (Instituto de Investigación Biomédica de Salamanca) se dedica a la investigación biomédica, principalmente orientada a la investigación básica, clínica, epidemiológica y a servicios de salud. Se constituyó en 2011 a través de un convenio firmado por la Consejería de Sanidad de la Junta de Castilla y León y La Universidad de Salamanca. A este convenio se sumó el CSIC en 2012.