SISTEMA EDUCATIVO Calidad y rigor en los saberes superiores La Universidad es una de las herramientas más útiles que posee la sociedad, sin embargo, tiene que adaptarse a los nuevos tiempos facilitando la movilidad de los estudiantes y la coherencia / La unión entre centros de distintos países ayudará a compartir títulos, profesores, alumnos y proyectos E. L / VALLADOLID Es una aliada de la sociedad. La Universidad cuenta con profesores comprometidos que trabajan para que los estudiantes brillen con luz propia. La esencia de este dúo es caminar de la mano para llegar lo más lejos posible. Por ello, los cambios deben realizarse en un tono muy constructivo. No se puede modificar la normativa sin lógica. Las leyes educativas son la base de todo; el pilar en el que se asienta el día a día. No es eficaz pasar de una reforma a otra en función de los políticos que estén en el poder. Sus nombres y, sobre todo, sus colores no son importantes, lo verdaderamente trascendental es aportar calidad y rigor en estos saberes superiores. Unos saberes que tienen que contar con la confianza de los alumnos, familias y docentes. Para ello, la estabilidad normativa no se puede romper por ideologías y métodos ineficaces. Todas las personas se juegan mucho. Eso sí, las mejoras siempre son bienvenidas. Algunas propuestas demandadas por los estudiantes son las prácticas desde primero de carrera, ya que con ellas es posible acercarse al mundo profesional. A esto se une el fomento de la participación de los jóvenes. Ellos son los verdaderos protagonistas de sus grados. En cada clase se debe trabajar en la construcción del espíritu crítico. La voz de los alumnos es prioritario que retumbe sin perder las formas. Es muy frecuente encontrarse con intervenciones en las que la defensa de una idea se cae por su propio peso. La crispación está ahí y las actuaciones inadecuadas no dejan ver la crítica. Los estudiantes tienen que discrepar, por supuesto, pero también deben haber sido educados para transmitir un mensaje de manera clara, sin manipulaciones, imposiciones e insultos. Es importante que los nuevos planes de estudios vayan acompañados por habilidades como la comunicación oral y escrita. Es esencial que los estudiantes sepan expresar sus razones, sentimientos y argumentos, ya que serán los vehículos necesarios a la hora de emprender un negocio o liderar un proyecto tanto en la empresa pública como privada. Lejos quedaron los tiempos del individualismo. Ahora, los trabajos en equipo ayudan a una compañía a llegar mucho más lejos. En ese camino no puede faltar tampoco la constancia, la autodisciplina, el esfuerzo, la capacidad para adaptarse de manera positiva a situaciones adversas y la tolerancia. Otro imprescindible es el refuerzo de las disciplinas humanísticas. - i k H+¥*4 Un grupo de alumnos disfrutan del buen tiempo con la fachada de la Universidad de Salamanca como testigo. / el mundo Es verdad que la tecnología tiene entidad propia y domina el mundo, si bien los expertos recomiendan estudiar las claves de la historia, la lengua y la literatura para entender todo lo que sucede a nuestro alrededor. El conocimiento construirá una visión responsable que ayudará a tener una conciencia crítica ante cualquier asunto que aparece tanto en los medios de comunicación como en la rutina laboral. En la actualidad, lamentan, hay demasiado conformismo. Una fórmula para que los estudiantes no se centraran sólo en su parcela era cuando se podían escoger asignaturas de libre elección: un médico podía optar por cursar lógica y acudir cuatro horas a la Facultad de Filosofía y Letras e introducirse en los fundamentos del pensamiento formal o la visita de un economista dos veces por semana a la Escuela de Informática para zambullirse de lleno en la programación. Era una retroalimentación muy interesante que saltaba de las aulas a la vida real. Los estudiantes ampliaban sus saberes interdisciplinares. En la actualidad, las opta tivas van por otros derroteros. No buscan la especialización, ya que son demasiado variadas y amplias. En lo que todos los actores están de acuerdo es en la enseñanza de idiomas, en especial la lengua inglesa. Se ha puesto sobre la mesa las herramientas necesarias para que los alumnos puedan aprender y llegar lo más lejos posible. En el otro lado de la balanza se encuentra la movilidad de estudiantes y la coherencia de las disciplinas académicas. «Un error de manual», lamentan los expertos. Y lo explican: «La configuración curricular de los títulos tiene que basarse en la convergencia europea». Una idea que tiene que estar presente a la hora de diseñar el plan que quiere poner en marcha la Unión Europea, dotado de 30 millones de euros, para que en 2025 existan 20 campus transnacionales que sigan el mismo esquema. Una fórmula para romper con la falta de internacionalización, puesto que todo se compartirá: planes científicos, alumnos, profesores y proyectos de investigación. Un estímulo más para romper con las complicaciones burocráticas que hacen que, por ejemplo, sólo el 1,8% de los profesores de las universidades públicas españolas es extranjero. Para llegar a ese mapa educativo europeo se trabaja en diferentes consorcios, en los que participan distintos centros, entre ellos la Universidad de Salamanca. La Universidad ha cambiado mucho desde que nació. Ahora es una institución en la que existen propuestas de títulos dobles, planes de colaboración en posgrados, doctorados, proyectos de investigación entre centros de distintos países... Un acompañante clave en este proceso de fomentar y consolidar la familiaridad entre jóvenes de distintas nacionalidades es el programa Erasmus. Nació hace 32 años para favorecer el intercambio y abrir la mente. Cuenta a sus espaldas con cientos de miles de convenios. La institución superior educativa debe reformarse para educar a unos jóvenes que ven el mundo a través de su cámara, su ordenador o su teléfono móvil. Si no lo hace, el deterioro es seguro. Además, tie ne tres retos fundamentales: la financiación, la gobernanza y la autonomía. Sin dejar de lado la renovación general del profesorado. Sobre esta última cuestión, los rectores demandan cambios legislativos como la eliminación de la tan denostada tasa de reposición. Consideran que la incorporación de personal que aporte juventud, nuevas ideas y energía dará estabilidad y acabará con las condiciones precarias que tienen los profesores adjuntos. Este giro requiere acción política y convicción. Dos acompañantes que parece que aún están muy lejos. Durante la crisis económica, ha quedado relegada a las últimas posiciones de las prioridades. Las pensiones, la sanidad y la educación obligatoria son más importantes, pero ahora que parece que se ve luz al final del túnel hay que abordar esta situación. En este abordaje tendrán que dirimir si perder calidad o aumentar la participación de los alumnos en la financiación en función de su renta. Un largo camino por recorrer que dará mucho que hablar.