Salamanca acoge desde hoy la reunión científica anual de la Red de Trastornos Adictivos
JPA/DICYT El consumo de sustancias adictivas en etapas como la adolescencia está directamente relacionado con la aparición de enfermedades mentales en la edad adulta, según ha explicado hoy en Salamanca Fernando Rodríguez de Fonseca, coordinador de la Red de Trastornos Adictivos. Esta agrupación de científicos se reúne hoy y mañana en el Instituto de Neurociencias de Castilla y León (Incyl) de la capital salmantina en su habitual cita anual para poner en común las investigaciones que realizan de forma conjunta sus miembros en toda España.
"Las drogas de abuso tienen dianas específicas en el cerebro", afirma el experto en declaraciones recogidas por DiCYT. "Si consideramos que construir un cerebro es como construir un edificio, imaginemos lo que supone que en lugar de añadir hormigón, echemos serrín. Lo que ocurre es que el edificio una vez terminado es vulnerable a una pequeña vibración y se puede desmoronar", pone como ejemplo Rodríguez de Fonseca.
El "plan de desarrollo" cerebral tiene algunas etapas críticas, según ha explicado, en las que las alteraciones pueden tener graves consecuencias. Una de estas etapas está en el desarrollo intrauterino y otra está en la adolescencia, "donde hay un fenómeno de puesta en marcha de una serie de procesos de crecimiento y, si interferimos en ellos, conducen a un cerebro diferente y vulnerable a la enfermedad mental y a trastornos del comportamiento", apunta.
Por todo ello, los expertos reclaman acciones preventivas y recuerdan que, según las encuestas, más de un 15% de los adolescentes españoles afirman haber consumido cannabis en el último mes, teniendo además una percepción equivocada acerca del riesgo que supone. "Los estudios demuestran que existe la misma probabilidad de desarrollar cáncer de pulmón que si se fuma tabaco", además de que ambas sustancias suelen consumirse juntas.
Esta reunión de la Red de Trastornos Adictivos aglutina a 30 ponentes del Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (Cibersam) y de la Sociedad Española de Neurociencia (SENC), que celebrará en Salamanca su XIV Congreso Anual a partir de mañana. El propósito de la Red es avanzar en el conocimiento de las adicciones tanto por medio de la ciencia básica como de la clínica.
Mecanismos cerebrales implicados
Rodríguez de Fonseca ha explicado que los mecanismos cerebrales por los cuales una persona se convierte en adicta a una sustancia son similares a los que utiliza el cerebro para las necesidades básicas de supervivencia. Así, cuando tenemos sed, beber agua nos provoca placer. Pues bien, "las drogas de abuso cortocircuitan ese sistema", haciendo que sintamos la necesidad de consumir una sustancia, ya que "la sensación positiva nos lleva a repetir el consumo y en un determinado porcentaje de casos el individuo deja de tener el control porque la droga se equipara a la necesidad de beber agua".
Conocer en profundidad estos mecanismos cerebrales ocupa a los especialistas en esta materia con el objetivo de avanzar en las terapias, pero también con el objetivo de incrementar "el conocimiento de lo que somos como seres humanos", señala. Áreas como la vulnerabilidad (por qué una persona se hace vulnerable a la adicción), el policonsumo (los adictos suelen serlo a más de una sustancia) o las consecuencias médicas de las adicciones (normalmente tienen como consecuencia la aparición de otras enfermedades) son algunas de las líneas de trabajo de los investigadores.
Pocos tratamientos farmacológicos
Uno de los aspectos más prácticos es el desarrollo de tratamientos farmacológicos, poco extendidos debido a que la estigmatización de los adictos por parte de la sociedad ha hecho que se destinen pocos recursos a la investigación, de manera que apenas hay fármacos para algunas de ellas, como el alcohol o el tabaco. Sin embargo, sí existen estudios con modelos animales, ya que tanto las personas como los animales se hacen adictos a las mismas sustancias. El juego, la comida, el sexo patológico o internet son otras adicciones que en la actualidad comienzan a investigarse, aunque esta red de expertos españoles aún no cuenta con proyectos en estas áreas.
Otra de las vías de investigación son los componentes genéticos. "En todas las enfermedades crónicas hay factores genéticos heredables que pueden facilitar el desarrollo de una adicción, afectan a unos individuos y no a otros, pero no hemos podido encontrar un gen que universalmente conduzca a la adicción", señala el experto. Sin embargo, "en ciertos linajes familiares, la presencia de un gen alterado conduce a una vulnerabilidad de cara a la adicción". Por ejemplo, el trastorno por déficit de atención o hiperactividad viene marcado por una serie de genes que pueden favorecer su desarrollo y "esto se asocia a alcoholismo de una manera elevada", aunque "eso no quiere decir que todos los niños hiperactivos vayan a sufrir alcoholismo". En cualquier caso, los científicos tienen claro que generalmente las enfermedades crónicas no son monogénicas, es decir, su causa no está determinada por la alteración de un solo gen, sino de varios.
La Red de Trastornos Adictivos es una infraestructura científica única en Europa para el estudio de las adicciones y procede de las redes científicas que se crearon en España en 2003 para agrupar a investigadores en torno a un mismo tema. "Es un modelo único en Europa y debemos defenderlo", asegura su coordinador, quien recuerda que parte de la financiación de la Red llega a través del Plan Nacional sobre Drogas. Además, Rodríguez de Fonseca llama la atención sobre la necesidad de considerar las adicciones como una enfermedad, de que sean tratadas por especialistas en esta materia y de que haya recursos en la sanidad pública para ello.