El rector de la Universidad de Salamanca, Daniel Hernández Ruipérez, ha expresado su pesar, en nombre de la comunidad universitaria salmantina, por el fallecimiento del editor peñarandino Germán Sánchez Ruipérez, al tiempo que hizo llegar su más sentido pésame a los miembros de su familia.
Para el rector, Sánchez Ruipérez fue una figura “eminentemente humanista”, que supo adelantarse a su tiempo con iniciativas que buscaron, por un lado, el fomento de la lectura en todos los sectores de población, fundamentalmente entre los niños y los jóvenes, y, por otro, la innovación educativa. Prueba de este trabajo quedó reflejado en su “obra más querida”, como él la definió: la Fundación Germán Sánchez Ruipérez, desde la cual transmitió su ideal educativo, a través del libro y de la edición.
A su juicio, su muerte supone una gran pérdida para la cultura salmantina y española al tratarse de una de las personas cuyos valores humanos y trayectoria profesional encajaron perfectamente con la idea de excelencia que transmite la universidad. Asimismo, el rector expresó su pesar por el dolor que le produce la pérdida de un familiar, con el que mantuvo una estrecha relación de amistad desde la infancia.
Germán Sánchez Ruipérez recibió hace ahora un año (el 10 de febrero) el doctorado honoris causa en Ciencias de la Educación por la Universidad de Salamanca, una distinción que agradeció con especial emoción, como viviendo “un sueño del que nunca quisiera despertar”.
Sánchez Ruipérez fue presidente y fundador de la Fundación que lleva su nombre, y ha destacado a lo largo de su trayectoria por mantener un fiel compromiso con los procesos educativos, a través del fomento de la lectura y de la innovación educativa. Hijo de librero y maestra, desde muy joven confirmó su vocación por el libro. Desde el negocio familiar, la librería Cervantes, entró en contacto con la creación intelectual, la oferta editorial y diversos profesores universitarios.
Creador en 1958 de su propia editorial, bajo el nombre de Ediciones Anaya S.A., en pocos años consiguió que fuese un referente de libros educativos y de texto. Complementando su impulso como editor adquirió y creó nuevas empresas, muchas de ellas en América Latina. En 1981 fundó la Fundación Germán Sánchez Ruipérez, orientada al beneficio social. Nombrado Hijo Adoptivo de Salamanca en 2001, es poseedor de numerosas distinciones y condecoraciones, entre las que destacan la Encomienda con Placa de Alfonso X El Sabio, Encomienda de Número de la Orden de Isabel la Católica, Medalla de Oro de la Ciudad de Salamanca, Distinción del Mercy College de Nueva York y Chevalier dans l’Ordre National du Mérite de la República Francesa, entre otras muchas.
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