Los visitantes podrán contemplar, e incluso tocar, las heridas que produjeron cocodrilos a tortugas hace 40 millones de años, en ataques que se perpetraron cerca de Salamanca y en Zamora. Verán los huesos y dientes de aquellos cocodrilos, uno de los cuales, Iberosuchus, no fue nadador, sino corredor, el superpredador de las selvas que por aquí había en aquellos remotísimos tiempos. Pero no sólo serán los escolares los que disfrutarán en este ciclo de estas visitas. Las puertas de la Sala de las Tortugas se encontrarán abiertas, en la Facultad de Ciencias, los miércoles a las 10,30, para que quien quiera pueda ver y preguntar lo que desee