La Universidad de Salamanca inviste doctor honoris causa al oncólogo y expresidente de la República de Uruguay, Tabaré Vázquez Rosas, durante la solemne ceremonia que se celebrará bajo la presidencia del rector, Daniel Hernández Ruipérez, mañana, a las 12 horas, en el Paraninfo de las Escuelas Mayores.
Dicha distinción, presentada por el Departamento de Medicina, fue aprobada por el Claustro de Doctores de la Universidad de Salamanca durante la sesión celebrada en abril de 2014. El director del Departamento y catedrático Juan Jesús Cruz, quien actuará mañana como padrino del nuevo doctor, justificó la candidatura debido a los “muchos méritos sociales, médicos y docentes que ilustran las aportaciones de Tabaré Vázquez en políticas sociales y, en especial, en el campo de la organización sanitaria y la prevención del cáncer”.
Aprovechando su visita a la Universidad de Salamanca, Vázquez Rosas pronunció una interesante conferencia titulada “Pobreza y cáncer” en una repleta Aula Unamuno de las Escuelas Mayores. Previamente, en la rueda de prensa, el expresidente de Uruguay manifestó su alegría por recibir este reconocimiento por parte de la Universidad de Salamanca.
Oncólogo y político Egresado de la Facultad de Medicina de la Universidad de la República en 1969, Vázquez se graduó como especialista en Oncología y Radioterapia en 1972 y a partir de 1987 fue profesor de Oncología Radioterápica de la Facultad de Medicina. En 1981 se hizo cargo de la dirección del Departamento de Radioterapia del Instituto Nacional de Oncología del Uruguay, centro dependiente del Ministerio de Salud Pública.
En 1990 comienza su carrera política, que le llevó a la presidencia de Uruguay entre 2005 y 2010. Su gobierno fue el primero que rompió con la histórica alternancia en el poder de los partidos tradicionales del Uruguay (Partido Nacional y Partido Colorado) y dejó un importante legado que se reflejó fundamentalmente en los indicadores socioeconómicos del país: una disminución considerable de las desigualdades del país con una tendencia que alcanzó a todos los tramos de edades y una también considerable reducción de la indigencia, o pobreza más extrema.
Su presidencia destacó por la sensibilidad en el tratamiento de la problemática social, al promover políticas públicas en favor de la vida, la salud y la equidad social en el país, con especial énfasis en los sectores más desfavorecidos de la población.
Ceremonia en latín El doctorado honoris causa, máxima distinción académica de la Universidad, se concede de acuerdo con el procedimiento establecido en los Estatutos. El acto académico se desarrolla conforme a un ceremonial en lengua latina, también seguido con pequeñas diferencias en la investidura de nuevos doctores. Tras la llegada al Paraninfo del cortejo, el rector indica al padrino que vaya a buscar al doctorando, que aguarda en la Aula Fray Luis de León.
El padrino pronuncia el elogio y pide el grado de doctor para el galardonado. Ambos se sitúan de pie ante el rector quien le confiere el grado de doctor en Medicina y anuncia la imposición de las insignias doctorales, que son explicadas por el padrino. En primer lugar, el birrete del color tradicional de la disciplina, luego el anillo y por último le mostrará sucesivamente el libro abierto y cerrado antes de hacerle entrega de éste.
El nuevo doctor es conducido a su asiento en un lugar preferente del estrado, desde el que se levantará para recibir el abrazo del padrino. El maestro de ceremonias da un golpe en el suelo para que suenen las chirimías y el padrino acompaña al doctorado para que reciba los tradicionales abrazos del rector, seguido por los demás doctores. A su conclusión, tras dos golpes del maestro de ceremonias, cesa la música y tiene lugar entonces el juramento ante el Claustro, durante el cual todos los asistentes permanecen en pie y descubiertos.
Seguidamente, el homenajeado recibe del rector la medalla con lo que se incorpora al Colegio de Doctores de la Universidad de Salamanca con todos los honores a los que tiene derecho, en ella y en cualquier lugar del orbe. El padrino le conduce al asiento que le corresponde y regresa al suyo. El nuevo doctor solicita la venia del rector para pronunciar un breve discurso y agradecer el honor recibido, a cuya conclusión regresa a su asiento conducido por el maestro de ceremonias. Después, puestos en pie todos los presentes, los doctores se descubren y el Coro interpreta el “Gaudeamus Igitur”, al que sigue la exclamación de Vitor a la Universidad salmantina. Las chirimías suenan de nuevo y la comitiva se encamina al Salón de Claustros, a cuya entrada se detienen los músicos y forman ala los doctores. El rector entra en primer lugar seguido de los demás y, al entrar el último, la música cesa.
El nuevo doctor y su padrino se sitúan en el centro y recibe un pergamino de manos del rector, antes de tomar asiento en los lugares del claustro que les han correspondido. Por último, todos los invitados son obsequiados en el claustro alto con vino dulce y un mazapán, cuyo envoltorio será de color amarillo, correspondiente a su disciplina docente.