El rector considera el doctorado honoris causa a Miquel Barceló y Calvo Serraller como un homenaje de la Universidad de Salamanca al arte y a los artistas

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Daniel Hernández Ruipérez defiende la celebración del VIII Centenario como ‘la gran ocasión para consolidar a la universidad y a la ciudad de Salamanca como una referencia en el arte contemporáneo’
Las profesoras Soledad Farré y Mª Teresa Paliza ejercieron de madrinas de los nuevos doctores
22/09/2017
Autores: 
Comunicación Universidad de Salamanca
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La Universidad de Salamanca ha investido como doctores honoris causa al artista Miquel Barceló Artigues y al crítico e historiador Francisco Calvo Serraller, durante la solemne ceremonia desarrollada conforme al antiguo ceremonial en latín celebrada en la mañana de hoy en el Paraninfo de las Escuelas Mayores.

El rector Daniel Hernández Ruipérez definió este acto como “el homenaje de la Universidad de Salamanca al arte y a los artistas” y consideró la celebración del VIII Centenario como “la gran ocasión para consolidar a la universidad y a la ciudad de Salamanca como una referencia en el arte contemporáneo, con una presencia acrecentada de obras”.

En su discurso, el rector agradeció a Barceló su vinculación con el Estudio salmantino, hasta el punto de crear la imagen iconográfica de los actos conmemorativos de la celebración de los 800 años de su fundación, “su poderosísimo y vibrante logo”.

“Tengo que reconocer que su obra me ha llegado siempre muy dentro y que he encontrado que su comunión con materias, formas y cromatismos fuertemente enraizados en formas de vida ancestrales, es deslumbrante. Más que despertar admiración, fascina, de forma a veces difícil de explicar, gozosa pero incómoda, provocadora de imágenes mentales, de sensaciones, de pensamientos”, subrayó Hernández Ruipérez.

Si la imagen de Miquel Barceló representa el mundo de la creación artística, la del profesor Calvo Serraller refleja la conceptualización del arte y su explicación histórica. El rector destacó sus facetas de historiador, profesor, comisario de exposiciones, director del Museo del Prado y crítico de arte, desde las cuales “ha contribuido extraordinariamente al entendimiento vital, estético, histórico, literario, social y culto de la obra artística”.

Nuevos doctores

Durante su discurso de agradecimiento, Barceló precisó que no sabe si nació pintor ni si merece “este honor que me hacen ustedes”. “No sé tampoco por qué me dedico a esto. Sé que si lo supiera seguramente haría otra cosa”, apostilló antes de glosar parte del trabajo realizado en alguna de sus obras más emblemáticas como la de la capilla de la catedral de su Palma de Mallorca natal o la de la cúpula de la sede de Naciones Unidas.

Ciñéndose a su labor como creador, confesó que “la desazón y desconfianza en el éxito final es parte integral de mi trabajo”, al tiempo que desveló que “no se puede emprender ninguna obra si uno no está dispuesto a fracasar en ella, incluso totalmente hasta su destrucción final”. Barceló reveló, además, que todas sus obras “son, a mi pesar, consecuencia de obras anteriores y anuncian sin que yo lo sepa otras a venir”. Otro de los rasgos de su proceso creativo es, dijo, la autocontradicción, una estrategia que le define como artista.

Por su parte, Francisco Calvo Serraller comenzó agradeciendo “el título más honroso para quien ha dedicado gran parte de su vida a la investigación y la docencia universitarias pero, sobre todo, por la institución que lo otorga, la Universidad de Salamanca; un pilar fundamental de la cultura española, pues por aquí, desde su remoto origen hasta el momento presente, han pasado las personalidades más egregias de la creación artística e intelectual en todos los campos”.

Calvo Serraller se confesó también complacido “por compartir el ceremonial de investidura con Miquel Barceló, al que considero uno de los mejores artistas de la muy gloriosa historia del arte moderno español y un entrañable amigo”.

En su alocución en el Paraninfo, el historiador y crítico reflexionó sobre señalando que “además de verdaderamente universal por ser intempestivo, lúdicamente inquisitivo y descaradamente inútil, puede ahondar más y mejor en la intimidad del ser humano, pues lo emplaza en el quicio de un balcón donde simultáneamente explora el inabarcable espacio de lo exterior y el de esa profundidad abismal de su propia interioridad”.

En esa línea hizo referencia al debate sobre los límites de lo artístico al recordar que “el arte no sería hoy tal sin librarse del pesado lastre de la hermosura que, en determinado momento, le impedía volar”.

Sobre la faceta de crítico, el nuevo doctor remarcó que “nada te predispone mejor para el entendimiento del arte del pasado que el seguimiento de su sucesiva actualidad, y viceversa, o, en consecuencia, como me gusta repetir, quien afirma que solo le interesa el arte tradicional o solo el del presente, no le interesa el arte en absoluto".

Laudationes

La decana de la facultad de Bellas Artes, Soledad Farré, ejerció durante la ceremonia como madrina de Miquel Barceló, de quien destacó “ese acto de resistencia que instiga a la esperanza” que es pintar lo existente.

Para Farré “el acto de hoy contribuye a que el ejercicio de la práctica artística se comprenda más y mejor en la Universidad, pero no es suficiente, es preciso seguir trabajando para que se tengan en cuenta las especificidades de la creación artística en la docencia y en la investigación universitarias”.

Por su parte, Francisco Calvo Serraller fue amadrinado por la catedrática de Historia del Arte, María Teresa Paliza, quien inició su intervención subrayando que se trata del primer doctorado honoris causa en su disciplina otorgado por este antiguo Estudio, “precisamente ahora cuando se cumplen noventa años desde que se empezara a impartir docencia de Historia del Arte de forma continuada en estas aulas”.

La madrina del crítico e historiador destacó, además, que Calvo Serraller “tiene el mérito añadido de haber conseguido que su labor trascienda fuera del campo estrictamente académico, algo que hoy se nos exige tanto a las Universidades como a los profesores universitarios, y que, sin embargo, él lleva haciendo prácticamente desde los inicios de su carrera”.

Tras hacer referencia a algunas de sus numerosas obras, Paliza recordó que los estudios de Calvo Serraller sobre Barceló desvelan que el artista mallorquín tiene “raíces muy profundas en el antiguo y fecundo lecho de la cultura mediterránea”, enlazando así con la gran tradición pictórica de la pintura española del Siglo de Oro.

A juicio de María Teresa Paliza, “esta doble condición de historiador y de crítico de arte engrandece aún más su figura, pues, si bien ambas disciplinas tienen en común el estudio del arte, sin embargo están separadas por el abismo que impone el factor tiempo”. “La aportación del profesor Calvo Serraller a la crítica de arte ha sido de tal calado que ha conseguido elevar esa disciplina a la categoría de género con autonomía propia, por encima incluso de las obras analizadas”, apostilló.

 

Ceremonia completa del acto

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