La Universidad de Salamanca, concienciada con la necesidad de caminar hacia una sociedad sostenible

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Voluntariado, formación y hasta huertos escolares completan la oferta medioambiental de la Universidad y su Oficina Verde para la comunidad
La Oficina Verde y la Facultad de Biología celebran, del 21 al 24 de noviembre, la I Semana de Cine Bio-Ambiental en la Filmoteca
11/11/2016
Autores: 
Comunicación Universidad de Salamanca
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Cada día aumentan las personas preocupadas por el entorno que les rodea. Las personas que realizan pequeñas acciones, como un “macetohuerto” en el balcón o el consumo exclusivo de productos locales, cada vez son más y más. Las asociaciones vecinales se esfuerzan por crear barrios más sostenibles y los pueblos por recuperar su tradición y sus bosques para ponerlos en valor. En definitiva, la población cada vez está más concienciada en la necesidad de desarrollarse, sí, pero de forma sostenible. Así, no es de extrañar que esa inquietud individual se traslade hasta instituciones como la Universidad de Salamanca, que enfocó esta preocupación por el medioambiente mediante la creación de la Oficina Verde, el organismo encargado de velar por la eficiencia energética de la Universidad y por la sensibilización de su comunidad.

Para entender el alcance de la Oficina Verde, primero es necesario entender la importancia de las políticas medioambientales en la propia Universidad de Salamanca. Ricardo López Fernández, vicerrector de Economía y responsable de medioambiente de la institución, destaca al desarrollo sostenible como “un eje de desarrollo clave para la Universidad”. Así se puede comprobar al consultar el plan estratégico de cara al año 2018 y la celebración del VIII Centenario del Estudio salmantino, donde la calidad ambiental es uno de los programas de actuación principales.

Compromiso: reducir el impacto medioambiental de la Universidad

En este sentido, la Oficina Verde, a través de su Área de Compromiso Ambiental, es la encargada de velar por el cumplimiento de las políticas y convenios medioambientales que lleva a cabo la Universidad, además de asesorar en la elaboración de los distintos planes y estrategias o diseñar e implantar sistemas de gestión ambiental en los centros.

Pero es necesario echar la vista atrás durante un momento para descubrir el momento en el que las políticas ambientales y la Oficina Verde reciben el impulso definitivo.

Corría el año 2010 cuando, mediante la convocatoria de Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, se crea en la Universidad el Campus de Excelencia Internacional (CEI) “Studii Salamantini”. Este proyecto, encaminado a impulsar la proyección internacional de la USAL mediante una serie de actuaciones y objetivos de cara a 2015, incluía una serie de iniciativas de carácter medioambiental de una gran importancia. En este aspecto, destaca el calado que tuvo el CEI en la implantación de los proyectos de más alcance contemplados en el segundo eje estratégico de la Oficina Verde: el Campus Sostenible. Esta área de trabajo es la responsable de gestionar los residuos no peligrosos producidos en la Universidad, así como de realizar estudios, auditorías y certificaciones energéticas de los edificios universitarios.

Fruto de esta labor en la actualidad ya han sido certificados 20 centros universitarios del Patio de Escuelas y los campus de Unamuno, Ciencias y Educación. Asimismo, se ha cumplido el objetivo previsto para su consecución entre 2010 y 2015 de la reducción de un 15% del consumo energético (en kW) y de la huella de carbono (en toneladas de CO2), como han podido comprobar mediante una serie de estudios.

Ricardo López Fernández, vicerrector de Economía y responsable de medioambiente de la Universidad de Salamanca

Campus verde, campus sostenible

El Campus Sostenible también es el encargado de la movilidad sostenible y los espacios verdes. Aquí es donde cobra especial relevancia el CEI, puesto que cuatro de los proyectos más visibles de la Oficina se crearon al amparo de esta convocatoria. El más ambicioso podría tratarse de “USAle”, un proyecto pionero en una universidad española por lo ambicioso y completo que se presenta. Gracias a USALe, la Universidad de Salamanca dispone de una flota de cinco furgonetas eléctricas y cinco puntos de recarga en Salamanca y Zamora, en colaboración con Iberdrola. El Estudio salmantino, a partir de esta iniciativa surgida en 2012, ha reducido sus emisiones de CO2 en 12 toneladas y en la actualidad se encuentra en fase de prueba, de la mano de dos profesores, para ofrecer acceso a la red de recarga a los usuarios.

Otro de los proyectos surgido del CEI es “USALabici”, que ofrece un servicio de préstamo de bicicletas para la comunidad universitaria con el fin de reducir el uso de automóviles en los campus. Además, se pone a disposición de los usuarios un taller mecánico y se celebran de forma regular talleres de reparación a lo largo del curso.

Para finalizar con los dos proyectos impulsados por el Campus de Excelencia habrá que trasladarse hasta el Campus Unamuno, donde se encuentra tanto el Bosque Conmemorativo de Árboles Singulares, creado en 2011 con motivo del Año Internacional de los Bosques, como el Laboratorio Vivo, establecido dos años más tarde. El primero se compone de árboles conmemorativos de diversos eventos como congresos y doctorados honoris causa, mientras que el segundo aglutina hasta 170 especies ornamentales y medicinales. Todos disponen de un código QR que enlaza a la ficha con sus características botánicas, con el fin de crear una herramienta docente viva y presente en las calles y los patios de este campus, pero también un sumidero de carbono.

De entre todas las especies, se podría destacar por su simbolismo el ejemplar de secuoya roja, obtenida de un plantón de la que se encuentra en el Patio de Escuelas y por lo tanto “pariente directa” de la sempervirente más emblemática de la capital charra.

I Semana de Cine Bio-Ambiental: la importancia de conservar el entorno en un cartel de lujo

Sin dejar de lado las tareas de asesoramiento, gestión o estudios, esta Oficina también se preocupa por la difusión de la “Cultura Verde” a través del voluntariado, la formación y la participación ciudadana. La próxima actividad programada, la Semana de Cine Bio-Ambiental, está claramente encaminada hacia la concienciación ambiental de la sociedad en general.

Conocer la importancia de conservar el entorno a través de un cartel de lujo. Así podría resumirse la I Semana de Cine Bio-Ambiental organizada por la Oficina Verde y la Facultad de Biología de la Universidad de Salamanca, que proyectará en la Filmoteca de Castilla y León entre el lunes 21 y el jueves 24 de noviembre cuatro cintas de rabiosa actualidad, cuidada técnica y que han cosechado merecidos reconocimientos.

Con esta actividad la Oficina Verde refuerza su labor, ya consolidada, como defensora y promotora de una vida sostenible

La primera de las películas, que se proyectarán todos los días a las 19:30 h., será la última obra de Icíar Bollaín, cineasta española especialmente concienciada con el mundo que la rodea. En “El olivo”, estrenada el pasado mes de mayo, se presenta un entrañable pero duro relato en el que se pone en valor la importancia de las raíces y de la solidaridad, sobre todo en los momentos más difíciles. Alma, una granjera de un pequeño pueblo de Castellón, decide buscar por toda Europa un olivo que vendió su familia en el pasado convencida de que de este modo su abuelo, la persona que más aprecia, decidirá volver a hablar. Por el camino, el espectador podrá entrever toda la problemática social en la que se encuentra sumido el Viejo Continente en la actualidad.

El martes 22 se proyectará la segunda cinta nacional, “Wildmed, el último bosque mediterráneo”, en la que el documentalista Arturo Menor ilustra mediante una cuidada producción audiovisual la flora y fauna de las cumbres y los valles de Sierra Morena, el mayor bosque mediterráneo del planeta.

Ya dentro de los dos documentales extranjeros presentes en el certamen, el día 23 de noviembre se proyectará “Mañana”, de los franceses Cyril Dion y Mélanie Laurent. Esta obra, ganadora de los premios César y Lumière al Mejor Documental, presenta la otra cara de la moneda. Aquí no se verán catástrofes ambientales producidas por el hombre, ni las perniciosas consecuencias de su actividad industrial, sino a personas a lo largo y ancho del planeta sugiriendo soluciones y realizando acciones para mejorar su entorno.

El ciclo se cierra con la exitosa “La sal de la Tierra”, dirigido por Wim Wenders, cineasta alemán autor de obras tan conocidas como “París, Texas” (1984) o Buenavista Social Club (1999), y por Juliano Ribeiro Salgado, el hijo del protagonista. Este filme, nominado al Óscar al Mejor Documental y ganador del César en la misma categoría entre otros tantos premios y nominaciones, cuenta la historia del fotoperiodista brasileño Sebastião Salgado. Este reportero, uno de los referentes del movimiento sociodocumental, centró gran parte de su carrera en capturar las condiciones de vida de las etnias y las clases sociales más desfavorecidas de todo el mundo sin dejar de lado los componentes formales y estéticos, lo que generó una relativa controversia entre algunos de sus compañeros de profesión.

De izquierda a derecha: Luis Gómez Corona, Javier Carbonero y Mª Mar Marcos, técnicos de la Oficina Verde

Además, en todas ellas se realizará un coloquio abierto, posterior a la proyección, en la que expertos de los temas tratados en cada filme debatirán sobre el estado de la cuestión o los aspectos medioambientales tratados en la película. Así, en “El olivo”, la mesa correrá a cargo de Raúl de Tapia, director de la Fundación Tormes-EB, y Dolores Ferrer Castán, profesora del Área de Ecología de la Universidad de Salamanca, mientras que en “Wildmed” los participantes serán Miguel Lizana, profesor del Área de Zoología, y Montserrat Martínez Ortega, profesora del Departamento de Botánica y Fisiología Vegetal.

En las cintas internacionales, Raúl Rivas, profesor del Departamento de Microbiología y Genética, y José Ángel Sánchez Agudo profesor del Departamento de Botánica y Fisiología Vegetal, serán los encargados del coloquio. Y para finalizar, el presidente de AFOSAL- Asociación Fotográfica Salmantina, Quico García, y la profesora del Departamento de Sociología y Comunicación, Begoña Gutiérrez San Miguel, conversarán sobre los aspectos técnicos del documental y la figura del fotógrafo protagonista.

Con esta actividad, la Oficina Verde refuerza su labor, ya consolidada, como defensora y promotora de una vida sostenible entre la Universidad de Salamanca y su comunidad. Sin embargo, sus actividades van más allá de esta Semana.

Desde huertos escolares hasta voluntariado o formación

La Semana Verde es el evento ambiental más importante de la Universidad y sus casi 300 participantes en la pasada edición (aparte de los 3.000 alumnos destinatarios de la campaña de sensibilización) son una buena muestra de ello. Esta semana realiza en las primaveras salmantinas una serie de actividades de concienciación sobre un aspecto concreto del medioambiente, inspirado en el Año Internacional de las Naciones Unidas declarado para ese curso. Tras conocer la importancia de los suelos y de las legumbres los dos últimos años, en 2017 esta Semana celebrará su décima edición centrando su atención en el Turismo Sostenible para el Desarrollo.

La Oficina Verde canaliza una preocupación cada vez más patente en la sociedad

Otra de las actuaciones que sorprende es “HecoUSAL”, una herramienta docente de lo más interesante. Esta iniciativa, ideada por un grupo de profesores de la Facultad de Educación y promovida por la Oficina Verde, las fundaciones Tormes-EB y ASPRODES y las AMPAS de los colegios involucrados, consiste en la instalación de huertos urbanos para fomentar la cultura sostenible entre los alumnos. Además, el uso de estos huertos en los centros escolares favorece la cohesión y la participación de las familias, al ofrecerles la posibilidad de colaborar en las labores. A día de hoy, son 9 los colegios participantes y un Colegio Mayor de la Universidad de Salamanca, el San Bartolomé.

Y no hay que olvidarse de los programas de voluntariado, organizados en colaboración con la Diputación de Salamanca y los ayuntamientos de los pueblos seleccionados en cada programa, capaces de movilizar a gente de todas las edades, desde universitarios salmantinos a niños y ancianos procedentes de los pueblos en los que se realizan las acciones. Esta iniciativa, comenzada en 2012, ya ha señalizado diferentes rutas y su patrimonio en las localidades de Cabrerizos, Alba de Tormes, Béjar, Ciudad Rodrigo y Guijuelo. Por si fuera poco, este programa también organiza en las rutas creadas una serie de actividades lúdicas que, a la vez que conciencian, fomentan la participación en los núcleos rurales y favorecen el contacto de la Universidad de Salamanca con el tejido asociativo ambiental de la provincia.

En definitiva, la Oficina Verde canaliza una preocupación cada vez más patente en la sociedad y no sólo estudia cómo mejorar las infraestructuras universitarias para hacerlas más sostenibles, sino que conecta a la Universidad de Salamanca con las personas, entidades y asociaciones más sensibilizadas con el problema ecológico. Porque ya se sabe, grano a grano se hace el granero.

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