La Universidad de Salamanca coordina un estudio que muestra la preocupación de los periodistas del sur de Europa sobre los encuadres negativos hacia la inmigración

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Investigadores de las universidades de Salamanca, Milán y Salónica estudian en colaboración con los principales periodistas expertos en la materia los procesos migratorios y su imagen en los medios
El trabajo está financiado con fondos de la Unión Europea y ha sido publicado en Journalism Practice, una de las revistas científicas en comunicación con mayor factor de impacto del mundo
21/01/2022
Autores: 
Comunicación Universidad de Salamanca / María Suárez
Contenido: 

Los movimientos migratorios ocupan cada vez más espacio mediático y forman parte de la agenda política y discusión social desde hace varios años. Aún más desde que en 2015 se denominó “crisis de los refugiados” al incremento de flujo de personas que fueron forzadas a viajar a Europa a través de distintas vías en un periodo de tiempo muy limitado.

En este contexto, la Universidad de Salamanca coordina un estudio internacional, en colaboración con las universidades de Milán y Salónica, sobre los procesos migratorios y su imagen proyectada en medios. El trabajo ha sido desarrollado bajo la premisa de que los propios periodistas especializados en migraciones son “los mejores agentes para hacer entender la problemática que existe detrás la representación mediática de personas migrantes, refugiados, solicitantes de asilo y en tránsito”, explican a Comunicación USAL los responsables del proyecto en la institución académica salmantina y miembros del Observatorio de los Contenidos Audiovisuales (OCA).

Tras entrevistar a noventa y cuatro periodistas especializados en temas de migración en España, Italia y Grecia, el trabajo publicado recientemente en la prestigiosa revista Journalism Practice llega a la conclusión de que los profesionales de la información están de acuerdo en que existen tres grandes problemas sobre la cobertura informativa de este complejo fenómeno.

El primero de ellos radica en la vinculación de la migración con temas negativos como la violencia, la marginación, la inseguridad o la pérdida de identidad; el segundo aduce al enfoque mediático puesto en los procesos de llegada de personas con mayor nivel de vulnerabilidad, como los naufragios, los conflictos en el cruce de fronteras, el cierre de puertos, las vallas o los barcos cargados de gente; y, el tercero, apunta a la generación de un marco informativo simplista y limitado, encuadrado en determinadas partes de la información, como lo son el origen, el trabajo, las fugas o la identidad étnica. Todos estos puntos tienen en común un “encuadre negativo de la inmigración”.

Responsabilidad compartida entre medios y periodistas

En palabras de los autores, existe una “responsabilidad compartida” en el tratamiento informativo sobre la inmigración entre los medios y los periodistas. Por ello, si bien los medios marcan las agendas políticas locales, regionales, nacionales e internacionales, los periodistas “son conscientes de su papel en el tratamiento mediático que se les da a los temas sensibles para la sociedad, como es el caso de la inmigración”, subraya Carlos Arcila Calderón, profesor de la Universidad de Salamanca y autor principal del estudio.

Además, el trabajo señala que el incremento de la precariedad hasta puntos desmedidos en el periodo de crisis sanitaria provocada por la COVID-19 ha limitado también en gran medida el rango de acción de los periodistas. Los factores vinculados a las instituciones públicas y las consideraciones sociales, culturales, ideológicas e históricas han terminado de conformar el caldo de cultivo ideal para que, en un ambiente definido por el incremento de la polarización política, de fenómenos de desinformación, fake news y movimientos de odio -discursos y crímenes-, se genere un falso sentimiento de “pertenencia nacionalista”, indican.

Según los datos cualitativos del estudio, los periodistas especializados en migración han destacado la importancia del lenguaje mediático en temas tan sensibles como el de movilidad humana y, por supuesto, la necesidad de dar voz a los verdaderos “protagonistas” de forma que se pueda trabajar de forma más humana, profunda y personalizada.

Dadas las preocupaciones de los profesionales, el estudio formula la pregunta de si existe o no un activismo en el periodismo de migraciones. La mayor parte de los periodistas especializados en esta área defienden su implicación profesional, pero también personal en lo que se refiere al respeto de los derechos humanos de las personas más vulnerables, en especial de los menores y las mujeres.

Encuadre noticioso y normas de conducta

Para Martín Oller, otro de los investigadores participantes en la iniciativa, la mejor forma de disminuir los discursos discriminatorios o lesivos contra los migrantes y refugiados que circulan en los medios de comunicación consiste en “fomentar la concientización del propio trabajo informativo que realizan los periodistas a la hora de escoger un encuadre noticioso”, matiza.

Asimismo, las conclusiones del estudio también sugieren que los códigos éticos de la profesión tienen que quedar reflejados de forma empírica en las publicaciones de los medios de comunicación. No basta con el hecho de que sean considerados códigos de conducta profesionales que se aconseja seguir. Estos deben ser unas normas de conducta para los periodistas que se reflejen de forma explícita en el trabajo periodístico, la información publicada y la propia opinión de los periodistas.

Proyecto PHARM

El estudio ha sido elaborado por investigadores de las universidades de Salamanca (España), Milán (Italia) y Salónica (Grecia) como resultado del proyecto europeo Preventing Hate Against Refugees and Migrants (PHARM), cuyo objetivo principal persigue monitorizar y modelar el discurso de odio contra los refugiados y migrantes en Grecia, Italia y España para predecir y combatir los delitos de odio y también contrarrestar sus efectos utilizando técnicas de vanguardia. 

PHARM está financiado por la Unión Europea en el marco del Rights, Equality and Citizenship programme REC-RRAC-RACI-AG-2019 y en él participan los investigadores Carlos Arcila Calderón, David Blanco, Maria Matsiola, Martín Oller, Theodora Saridou, Sergio Splendore y Andreas Veglis.

Referencia del artículo:

https://www.tandfonline.com/doi/abs/10.1080/17512786.2021.2014347?journalCode=rjop20 

Más información:
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de contacto
Carlos Arcila Calderón, investigador principal del proyecto PHARM.
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923 294500, ext. 6784