El Centro Internacional del Español ha acogido este viernes la jornada ‘Salamanca, ciudad del español y punto de encuentro de la Iberofonía’, un evento de carácter global que ha sido organizado por la Universidad de Salamanca, el Ayuntamiento de Salamanca, la Academia de Diplomacia y la Fundación Universitaria Iberoamericana (FUNIBER).
La reunión ha sido inaugurada con las intervenciones de Celia Aramburu, vicerrectora de Estudiantes; y Ana Suárez, teniente de alcalde del Ayuntamiento. A continuación, intervinieron los embajadores de Honduras, Marlon Brevé Reyes, República de Corea, Bahk Sahnghoon, y Suiza, Hans Peter Mock, así como el encargado de Negocios de la Embajada de Mozambique en España, Víctor Velho; que han conversado sobre la situación de este idioma en sus respectivos países y han analizado los retos de futuro.
En este mismo marco de análisis y debate también ha participado Frigdiano Álvaro Durántez Prados, director de Relaciones Internacionales de FUNIBER y pionero e impulsor del concepto geopolítico de la Iberofonía, que propugna la articulación de un espacio multinacional de países de lenguas española y portuguesa de todos los continentes sin excepciones geográficas.
Este espacio, compuesto por una treintena de países y 900 millones de habitantes, la décima parte de la población mundial y que ocupa la quinta parte de la superficie del planeta; constituye el primer bloque geolingüístico del mundo. Además, José Manuel Santos, director del Centro de Estudios Brasileños, ha intervenido en la asamblea con la profundización en el desconocido pasado hispánico de Brasil.
Finalmente, la sesión fue clausurada por el rector de la Universidad de Salamanca, Ricardo Rivero Ortega.
A través de este nuevo acto internacional, Salamanca, alma mater de las universidades hispanoamericanas, continúa posicionándose como lugar esencial para la lengua española; en la línea del año pasado, en el que más de 20 embajadores de la Unión Europea y del resto del mundo, en representación de más de 400 millones de habitantes, rindieron homenaje a la capital salmantina como la cuna de los derechos humanos gracias a la obra de la Escuela de Salamanca y Francisco de Vitoria.