La investigación de Iberdrola y la Universidad de Salamanca se realiza en los embalses de Villalcampo y Castro, en Zamora
JPA/DICYT Una investigación desarrollada en el marco de la Cátedra Iberdrola de la Universidad de Salamanca pretende estudiar la influencia de los pantanos en las aves, los peces y el plancton. En concreto, el proyecto se desarrolla en los embalses zamoranos de Villalcampo y Castro y tiene como objetivo final mejorar el manejo de estos lagos artificiales por parte del hombre, que hasta la fecha decide cuándo retener las aguas o cuándo desalojarlas sin tener en cuenta diversos aspectos medioambientales.
Durante dos años de trabajo, el catedrático de Biología Animal de la Universidad de Salamanca y máximo responsable de esta iniciativa, Salvador Peris, ha estado recopilando datos en los entornos de estos dos pantanos del río Duero. “Estudiamos la presencia de aves, peces, fitoplancton y zooplancton durante las diferentes estaciones del año”, explica. “Nos preguntamos si invernan las aves en ellos como lo harían en un ecosistema natural y si para ellas tienen un interés reproductor, es decir, si hay especies que presentan una mayor predisposición a criar en estos entornos”, añade.
Alimentación
De hecho, la idea inicial era restringir la investigación a las aves, pero su presencia en zonas como lagos, pantanos o humedales está vinculada a la posibilidad de alimentarse. “Si las aves comen peces, tenemos que analizar el estado de las poblaciones de peces y el plancton, que a su vez los alimenta y que, por lo tanto, está relacionado secundariamente con la alimentación de las aves acuáticas”, comenta el experto.
En definitiva, un embalse no es más que “un lago regulado por nuestra especie”, que puede “mantener las aguas estancadas en mayor o menor volumen o decidir evacuar por motivos de producción de electricidad o de limpieza”. El objetivo general de la investigación es analizar cómo reaccionan los distintos grupos de especies al manejo del pantano. “De momento estamos en la toma de datos, una fase que acabamos este año en el caso de las aves y cuyos resultados relacionaremos después con el manejo de los pantanos y la presencia de plancton, y peces”, indica Peris, que considera que esta línea de investigación, a medio y largo plazo, puede dar lugar a publicaciones científicas de prestigio.
En cualquier caso, los científicos ya tienen mucha información sobre lo que sucede en estos peculiares ecosistemas artificiales. Por ejemplo, a menudo, los pantanos resultan mortales para los peces, que no sólo perecen por contaminación química, sino que a veces lo hacen por la acumulación de fitoplancton que secreta sustancias tóxicas o que, simplemente, hace disminuir el oxígeno. En un lago natural, se produce un reciclaje de oxígeno, pero en una presa artificial es más difícil que se produzca esta renovación. Otro factor negativo habitual son los cambios de temperatura, que puede llegar a ser muy elevada en la superficie y muy fría en el fondo.