La Fundación CYD presenta en Valladolid su informe anual sobre la contribución de las universidades españolas al desarrollo

Cristina G. Pedraz/DICYT Valladolid ha acogido un año más la presentación del Informe CYD sobre la contribución de las universidades españolas al desarrollo, elaborado por la Fundación CYD en colaboración con distintas entidades nacionales, entre ellas la Fundación Universidades de Castilla y León. Durante el acto, celebrado en la sede de la Consejería de Educación, ha intervenido uno de los vicepresidentes de la Fundación CYD, Francesc Solé, quien ha destacado que, pese a la crisis, se han registrado datos positivos.

“Hay más alumnos universitarios que nunca, una incidencia del paro menos entre los titulados superiores, un porcentaje de universitarios un 5 por ciento mayor que la media de la Europa de los 27 y un tercio de universitarios procedentes de familias con un bajo nivel de formación, lo que sitúa a la universidad como motor de movilidad social”, ha detallado en declaraciones recogidas por DiCYT.

Respecto a la creación de conocimiento por parte de las universidades españolas en 2011, Solé apunta que “sigue creciendo el número de publicaciones científicas, lo que sitúa a España en el noveno lugar a nivel internacional”. “El sistema universitario resiste en su segunda misión, la creación de conocimiento, pero esto puede verse afectado si siguen los recortes”, ha agregado.

En cuanto a la tercera misión de la universidad, la transferencia de conocimiento, el vicepresidente de la Fundación CYD señala que desde 2007 se está viviendo un aumento creciente en la solicitud de patentes tanto nacionales como internacionales. Asimismo, se ha producido una “estabilidad” en la creación de spin-off universitarias y una consolidación de los grupos de investigación. No obstante, es aquí donde se ha detectado “una caída de la transferencia”.

Finalmente, Solé ha señalado la necesidad de continuar mejorando en aspectos como “la internacionalización, el rendimiento académico, la inserción laboral, la valoración de la actividad de los investigadores y la tercera misión, con la formación continua, la solicitud de patentes o la creación de spin-off”.

Datos autonómicos

A nivel autonómico, Francesc Solé ha resaltado que los datos obtenidos se sitúan en la línea de los años anteriores, aunque ha destacado un dato, “Castilla y León se encuentra por encima de la media española en 2011 en la creación de spin-off universitarias”. Por su parte el consejero de Educación, Juan José Mateos, ha incidido en que la universidad “es consciente de su misión en un momento crítico”, con un papel de “liderazgo social, fomento de la internacionalización y mejora de la oferta de grados de cara a las empresas”.

El informe cuenta con un apartado dedicado al proyecto T-CUE de la Junta de Castilla y León y sus resultados en la transferencia de conocimiento universidad-empresa. Uno de los datos más destacados es que el número de patentes solicitadas por las universidades de Castilla y León creció de manera notable entre 2010 y 2011, pasando de 27 a 34.

En este apartado se ponen de manifiesto las barreras y los factores de éxito identificados en el desarrollo del proyecto T-CUE. En relación a los factores de éxito, se ha detectado una implicación de los órganos de gobierno de la universidad en el proyecto, una orientación de las líneas de investigación existentes hacia la demanda de los mercados y empresas o el desarrollo de estructuras operativas profesionalizadas con personal especializado. Como dificultades, se toma en cuenta la crisis económica y por tanto la menor disponibilidad de recursos o la orientación de la actividad investigadora hacia la publicación de los resultados en lugar de hacia la transferencia hacia el sector productivo.

Consolidar el sistema

En representación de las universidades de Castilla y León, el rector de la Universidad de Salamanca, Daniel Hernández Ruipérez, ha subrayado que si bien es cierto que el sistema universitario español “ha desarrollado en pocos años un sistema de investigación importante y competitivo, lo que nos sitúa como novena potencia en el mundo”, el sistema “no está completamente consolidado y eso lo demuestra el que producimos una gran cantidad de artículos en revistas de impacto pero todavía no somos capaces de producir artículos en los puestos más elevados del impacto de la investigación, no somos tan citados y no tenemos tanta influencia como deberíamos tener”.

Ruipérez ha hecho hincapié en que la universidad “resiste” pese a la crisis, aunque hay que tener en cuenta que “los datos de investigación normalmente reflejan una actividad que se ha producido cinco, seis o siete años antes, es decir, estamos subsistiendo porque se están viendo todavía los efectos de la inversión continuada que hubo durante los años anteriores”.

“No estoy tan seguro de que si continuamos con una política restrictiva en cuanto a la financiación de la universidad en España estos datos no caigan en los próximos años, lo que sería verdaderamente una pena porque además eso incidiría negativamente en la transferencia, ya que solo se transfiere aquello que se produce”, añade.

Por otro lado, el rector ha recordado que España “produce muy pocas patentes a nivel mundial”, aunque de esas patentes “la gran mayoría la producen las universidades”, de modo que existe “un déficit de I+D por parte de las empresas”. “Hay mucho camino por avanzar pero difícilmente lo haremos si no acabamos de consolidar lo fundamental, que es el sistema de ciencia básica de la universidad española”, ha concluido.