El trabajo de la Usal en el yacimiento de La Genestosa concluye con la identificación de tres nuevas tumbas del periodo altomedieval

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06/10/2013
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Comunicación Universidad de Salamanca
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El equipo de arqueólogos documenta en la excavación una posible fase romana del s. I-II d.C., que habría sido amortizada por un asentamiento de los siglos VI-VII

La campaña de excavaciones arqueológicas desarrollada por el equipo de investigadores españoles y portugueses de la Universidad de Salamanca y del CSIC en el yacimiento de época altomedieval de La Genestosa, en la localidad salmantina de Casillas de Flores, ha concluido con la identificación de tres nuevas tumbas del periodo altomedieval en el entorno del asentamiento. Los enterramientos, localizados en el curso del arroyo del mazo del Prado Álvaro, siguen el modelo del poblado excavado en el yacimiento y sugieren la existencia de una intensa actividad humana en esta zona durante el periodo postromano.

Los arqueólogos, codirigidos por el profesor de la Usal Iñaki Martín Viso y Rubén Rubio Díez, profundizaron desde el pasado 16 de septiembre y hasta el 5 de octubre en los sondeos realizados en la expedición del año anterior por la que se reconoció un pequeño poblado del que se han excavado un par de estructuras, posibles viviendas. En esta campaña han documentado, además, “una posible fase romana del periodo altoimperial, siglos I-II d.C., que habría sido amortizada por un asentamiento de los siglos VI-VII, iniciada quizá en el s. V.”, informa Martín Viso, profesor titular de Historia Medieval, al área de Comunicación del Rectorado de la Universidad de Salamanca.

Entre los restos materiales hallados en el yacimiento destacan algunos fragmentos de pizarras numerales, generalmente de datación post-romana (siglos V-VII). Se trata de pizarras con inscripciones numerales, que aparecen frecuentemente en los yacimientos de este periodo en la región suroriental de la meseta del Duero, pero que generalmente carecen de contextos arqueológicos. También se han hallado cerámicas estampilladas, propias de grupos sociales de cierto estatus, con acceso a redes de distribución de bienes que no están al alcance de toda la población. No obstante, predominan las cerámicas comunes, tanto de almacenamiento como de cocina.

Asimismo, han podido identificar un muro perimetral que rodeaba a una de las estructuras excavadas, cuya función aún no está determinada, pero que podría vincular a un elemento de prestigio en este ámbito local, quizá relacionado con la captación y almacenamiento de excedentes. Por último, el equipo de arqueólogos hispano-luso, en sus labores de identificación de las estructuras visibles en superficie en la zona, detectó una docena de posibles viviendas, que compondrían un pequeño poblado.

Aunque la explicación es todavía muy provisional, los datos recogidos indican que “las gentes que vivieron en este poblado eran fundamentalmente agricultores o ganaderos, con diferencias sociales no muy marcadas. La presencia de pizarras numerales y de cerámicas estampilladas estaría desvelando la relación con grupos de mayor estatus, quizá externos a la población”, explica el profesor.

Nuevas tumbas en el curso del arroyo del Mazo del Prado Álvaro Con las prospecciones del entorno se ha podido documentar tres nuevas tumbas en el curso del arroyo del Mazo del Prado Álvaro. Todas ellas aparecen aisladas o formando pequeños núcleos de dos sepulturas y se sitúan en las inmediaciones del arroyo y cercanas a estructuras visibles en superficie, es decir, que siguen el modelo del poblado que se ha excavado en el yacimiento de la Genestosa, donde se reconoce una tumba en la inmediata proximidad del poblado.

Parece, por lo tanto, que estas tumbas en las que se enterraban únicamente algunos individuos y no toda la comunidad “funcionaban como marcadores territoriales y como hitos de la identidad de las comunidades que estaban allí asentadas. Se trataría de ancestros recordados por los vivos, que servían para reclamar derechos sobre el paisaje”, revela Iñaki Martín Viso.

Los científicos sugieren como hipótesis más factible que se trate de un patrón que se repite constantemente en esta zona de la comarca del Rebollar, con uno o varios asentamientos que se extienden en torno al curso del arroyo, con apenas 300-400 metros de diferencia entre unos y otros. Se trata de aspectos que merecerían un análisis pormenorizado en el futuro, pero que parece indicar una intensa actividad humana en esta zona durante el periodo postromano.

Colaboración Universidad – Sociedad El trabajo, del que quedan pendientes los análisis de los materiales recuperados y los resultados de diversas muestras, ha sido realizado por un equipo de arqueólogos españoles y portugueses y ha contado con la activa participación de algunos habitantes de la zona, cuya colaboración ha sido fundamental.

Como parte de esa indispensable conexión entre el conocimiento científico y la sociedad local el pasado sábado, 5 de octubre, se celebró una jornada de puertas abiertas a la que acudieron cerca de medio centenar de personas procedentes de los pueblos vecinos, a quienes se les expusieron los métodos de trabajo y resultados. Se trataba de generar cauces para que este trabajo forme parte del conocimiento de las gentes que viven en aquel entorno y que mejor lo pueden cuidar.

La campaña arqueológica se enmarca en el proyecto de investigación HAR2010-21950-C03-02, financiado por la Secretaría de Estado de Investigación.

Más información: Iñaki Martín Viso. Codirector de la investigación y profesor titular de Historia Medieval de la Universidad de Salamanca. Tlf.: 923 294400, ext. 1443. Correo electrónico: viso@usal.es   Descarga de imágenes