El estudio promueve la restauración de edificios con materiales de las canteras originales
José Pichel Andrés/DICYT Los edificios del centro histórico de Salamanca se caracterizan por estar construidos con piedra arenisca de Villamayor, pero el deterioro que sufre este material, especialmente en la parte baja de las fachadas, ha hecho que con el paso de los siglos se opte por el granito para los basamentos, en concreto, una roca local conocida popularmente como “piedra pajarrilla”. Sin embargo, a menudo las restauraciones no utilizan este granito original, sino otros muy similares pero de peor calidad. Ahora, una investigación se propone identificar el material original y las canteras de las que se extrajo para recurrir a ellas en los procesos de restauración.
"Los materiales con los que se restauran los edificios históricos no son iguales que los originales, son parecidos pero distintos y en algunas ocasiones no responden igual al paso del tiempo", señala en declaraciones a DiCYT Carlos González Neila, ingeniero geólogo que ha obtenido una beca de la Fundación Patrimonio Histórico para desarrollar esta investigación en la Universidad de Salamanca bajo la dirección de Dolores Pereira. “Nuestra intención es definir el material original, compararlo con los que se están utilizando en la actualidad y catalogarlos todos”, señala.
El objetivo es que en un futuro la restauración se lleve a cabo con materiales de la misma procedencia que los originales, canteras de granito de nódulos o “piedra pajarilla”, según la denominación popular. “En general, sabemos que vienen de canteras cercanas a Salamanca, pero precisar la ubicación es uno de los objetivos del trabajo, tenemos que buscar en los archivos históricos y aplicar técnicas de análisis geológico”, indica el experto. Entre estas últimas, está la técnica de lámina delgada para averiguar la petrología de la roca, es decir, ver al microscopio los componentes minerales; también realizarán análisis químicos en los que puede colaborar la Universidad de Coimbra (Portugal); y estudios geomecánicos en colaboración con el Instituto Geológico y Minero de España (IGME).
También en Béjar, Ciudad Rodrigo y Ledesma
Además, el proyecto, de dos años de duración con opción a tres, incluye estudiar también los cascos históricos de Béjar, Ciudad Rodrigo y Ledesma. “Este trabajo puede cambiar radicalmente la política de restauración en Salamanca y en otros sitios”, afirma Carlos González Neila, que considera que no se está haciendo un buen trabajo en este sentido por desconocimiento.
La investigación, denominada "Caracterización de los basamentos graníticos de los edificios históricos de Salamanca y su provincia; identificación de sus canteras. Implicaciones para el patrimonio arquitectónico de Castilla y León”, ha recibido 24.000 euros de financiación por parte de la Fundación Patrimonio Histórico de Castilla y León, de los que la empresa Cabero Edificaciones aporta la mitad.
