El Premio Nobel de Química Peter Agre afirma en Salamanca que los países deben apostar por la Ciencia
José Pichel Andrés/DICYT Peter Agre, científico estadounidense de origen noruego, ganó el Premio Nobel de Química en 2003 por su descubrimiento de las acuaporinas, proteínas de las membranas de las células que son las responsables de que las moléculas de agua se muevan por el organismo. En realidad, este investigador de la Universidad Johns Hopkins de Baltimore (Estados Unidos), también es médico y en la actualidad se dedica a combatir la malaria enfocando el problema de una manera global, sin preocuparse tanto de los avances científicos en este campo, que siguen siendo insuficientes, como de los problemas sociales y políticos de los países que sufren esta enfermedad. Peter Agre ha estado hoy en Salamanca, invitado por el Instituto de Biología Funcional y Genómica de la Universidad de Salamanca para ofrecer una conferencia. Momentos antes ha concedido una entrevista a DiCYT en la que ha reflexionado sobre varios aspectos de la Ciencia actual.
Pregunta. Hallar las acuaporinas le valió la concesión del Premio Nobel, pero ¿cuál es la función de estas proteínas?
Respuesta. Tienen mucha importancia por su papel en la regulación de los fluidos en el cuerpo humano en procesos tan importantes como la concentración de la orina, el fluido espinal, las lágrimas o el sudor. Incluso los niños estudian en la escuela el proceso de ósmosis y estas proteínas son las encargadas de controlarlo a nivel biológico.
P. ¿Qué implicaciones terapéuticas puede tener este descubrimiento?
R. El potencial de esta investigación está en el futuro, porque todavía no ha sido posible desarrollar fármacos para controlar las acuaporinas. Sin embargo, este conocimiento tiene una potencial aplicación en procesos como el edema cerebral o el glaucoma.
P. Y están en todos los organismos y formas de vida... R. Sí, es un gen que la naturaleza ha conservado, así que está en todas las formas de vida y juega un papel esencial porque casi todos los organismos somos agua en un alto porcentaje.
P. En alguna ocasión ha afirmado usted que si encontrásemos otras formas de vida fuera de la Tierra también tendrían estas proteínas. R. El agua es, probablemente, un componente esencial en todas las formas de vida, así que, si se encuentra vida en otros planetas, no me sorprendería que encontrásemos acuaporinas o formas relacionadas con ellas. Me gustaría vivir ese momento, pero aún pertenece al futuro.
P. En la actualidad, su trabajo se centra en la malaria. ¿Tiene alguna relación esta enfermedad con su estudio de las acuaporinas?
R. En realidad, mi interés en las enfermedades del Tercer Mundo como el cólera o la malaria es anterior a mi trabajo con las acuaporinas, pero estoy estudiando estas proteínas tanto en el parásito como en el vector de la enfermedad, el mosquito. Su estudio puede ser importante de cara a aplicaciones para erradicar la malaria, así que mi interés era anterior, pero haber hallado las acuaporinas es una oportunidad de avanzar.
P. ¿Qué expectativas existen en la lucha contra esta enfermedad? R. Es un gran reto. Hay un componente científico, pero el problema es muy complejo e implica a la sociedad y a los gobiernos que las manejan. Por ejemplo, nosotros trabajamos en Zimbabue y en Zambia y las perspectivas son muy diferentes. Mientras que en Zambia hay una sociedad estructurada, en Zimbabue el problema es el régimen dictatorial, es una sociedad disfuncional y abordar el problema es más complejo. Yo no veo una solución a corto plazo, quizá en próximas generaciones.
P. Desde el punto de vista científico, ¿podemos esperar avances significativos, como la vacuna? R. La vacuna sería una forma eficaz de combatir la malaria, pero el problema es mucho más complejo. La vacuna no estará disponible en fechas próximas, así que por el momento es más importante prevenir que el mosquito pique a los niños. De momento, las vacunas que se han desarrollado no son la respuesta al problema.
P. Usted que ha estudiado las dos cosas, ¿qué relación existe entre Química y Biología? R. Es curioso porque yo tuve que estudiar Química para después estudiar Medicina, pero el año que me concedieron el Nobel, el de Medicina fue para un matemático y un químico y los de Química para dos médicos. Es curioso cómo se dan los premios Nobel, pero muchas veces tiene que ver con el objeto de estudio. La Ciencia es multidisciplinar, todo está relacionado.
P. ¿Mantiene relación con científicos españoles? R. No tenemos proyectos en común, porque yo en este momento, más que trabajar en un ámbito científico, estoy dirigiendo el proyecto de lucha contra la malaria en su conjunto. España debe formar científicos y tener el propósito de mantenerlos, que no se dispersen por el mundo. Realmente, España y cualquier país lo que tiene que hacer es fomentar la curiosidad de los jóvenes científicos, ahora es un momento muy crítico en el que deben comprometerse a ello y también Estados Unidos, porque si no lo hacemos, dejaremos la ciencia en manos de los chinos.