La Universidad de Salamanca inviste como doctoras honoris causa a las filósofas Victoria Camps Cervera y Adela Cortina

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La ceremonia de investidura, presidida por el rector, Ricardo Rivero, contó con la presencia de la vicepresidenta del gobierno, Carmen Calvo
22/06/2018
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Comunicación Universidad de Salamanca
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La Universidad de Salamanca ha investido como doctoras honoris causa a las filósofas Victoria Camps Cervera, catedrática emérita de Filosofía Moral y Política en la Universidad Autónoma de Barcelona, y Adela Cortina, catedrática de Ética y Filosofía Política en la Universidad de Valencia. El acto de concesión de las distinciones estuvo presidido por el rector, Ricardo Rivero, y contó con la presencia de la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo.

Camps y Cortina estuvieron acompañadas de sus padrinos, los catedráticos de Filosofía Moral y Política, María Teresa López de la Vieja y Enrique Bonete, respectivamente. Durante su laudatio, Bonete, destacó que la Universidad de Salamanca incorpora a su claustro a “una de las más influyentes mujeres en el ámbito cultural español e iberoamericano, heredera de filósofos y articulistas españoles tan destacados como Ortega, Aranguren, Laín Entralgo o Julián Marías, con cuya llegada al claustro se engrandece la Universidad de Salamanca”.

Defensa de la dignidad

Bonete se centró en la defensa que Cortina realiza del principio de la dignidad y su relación con lo que denomina razón cordial o vínculo de la dignidad con un proceso existencial, comunitario y social de reconocimiento mutuo derivado de una previa experiencia compartida. De las obras de la nueva doctora, añadió Bonete, “se deriva que la dignidad de la persona ha de convertirse en la orientación fundamental del marco político democrático”. 

La nueva doctora de la Universidad intervino a continuación y, tras agradecer el honor que supone ser investida por una universidad como la de Salamanca, en la que también impartieron conocimiento y se formaron mujeres como Beatriz Galindo y Lucía de Medrano, realizó un alegato en favor de las Humanidades frente a aquellas visiones de antaño que se referían a ellas como una disciplina menor.

Potenciar las humanidades

A juicio de la nueva doctora se hace necesario potenciar las humanidades, “porque son útiles, porque han sido y son fuente de innovación, suponen soluciones a problemas concretos y ofrecen transferencia del conocimiento”. Asimismo destacó que “son fecundas, permiten a las sociedades autocomprenderse y propician el desarrolllo de cualidades sin las que es posible alcanzar la altura humana que exigen las sociedades”.

Las Humanidades, recordó Adela Cortina, “han impulsado el mundo y lo han hecho desde la Universidad, como se hizo desde la Universidad de Salamanca, legándonos una herencia de la que todavía vivimos”. Tributaba de esta forma la nueva doctora su particular homenaje a los valores propugnados desde la Escuela de Salamanca desarrollada entre los muros del Estudio salmantino hace cinco siglos.

Por su parte, la catedrática María Teresa López de la Vieja ejerció de madrina durante la ceremonia de investidura de Camps, de quien destacó “su excelente contribución a la filosofía, en especial a la filosofía práctica, con tres líneas de trabajo -ética, derechos humanos y bioética-, muy presentes en la docencia y la investigación que, desde hace años, realiza el profesorado de la Universidad de Salamanca”.

Proximidad a Iberoamérica e igualdad de oportunidades

De la Vieja puso también de relevancia el proyecto de la Enciclopedia Iberoamericana de Filosofía, 34 volúmenes de filosofía en español en los que Camps “ha participado de forma muy activa” y que contribuyen a reforzar el vínculo con Iberoamérica. “La cooperación con las universidades e instituciones iberoamericanas constituye una parte importante del pasado, está en el Plan Estratégico General y será clave para el futuro de la Universidad”, recordó la catedrática.

Finalmente, y basándose en El siglo de las mujeres, una de las obras de Camps, María Teresa López de la Vieja, reivindicó la igualdad real de oportunidades, en lo público y lo privado. “Imaginemos que, de hoy en adelante, se reconocerá como se debe la contribución de quienes tienen iguales merecimientos -los mismos- que los doctores de este Estudio salmantino. Imaginemos, en fin, que los próximos 800 años serán de calidad y excelencia, con mujeres y hombres en pie de igualdad”, apostilló.

En el inicio de su intervención, la nueva doctora, Victoria Camps, quien agradeció los “exagerados” elogios de López de la Vieja, confesó que nunca se le había pasado por la cabeza llegar a recibir tal honor “y más aún de una universidad que es puntal de la cultura europea y cuna de ilustres pensadores”. Entre ellos, Victoria Camps se refirió a Unamuno quien fue, dijo, “inspiración para varias generaciones”.

Responder a los interrogantes de la sociedad

Desde la ilusión por compartir con Adela Cortina el honor otorgado por la Universidad de Salamanca, Camps agradeció el reconocimiento “a dos mujeres que se han empeñado en difundir los principios y valores éticos de las sociedades de nuestro tiempo además de tratar de dar respuesta a los interrogantes del mundo actual”. Un tiempo, añadió, en el que “se echa en falta un análisis y una aproximación a problemas que necesitan soluciones no estrictamente jurídicas”. “Ese es el terreno de la filosofía, el de la reflexión, de la discusión y el de ponderar las consecuencias de los avances científicos y técnicos”, añadió. 

Tras la intervención de Cortina, el turno fue para el rector Ricardo Rivero, quien volvió a poner de manifiesto aquellos valores de la Escuela de Salamanca “acrecentados por vuestros aportes a la ética, una disciplina que va asociada a la excelencia investigadora”. La ética, recordó Rivero, “nos ayuda a progresar culturalmente en el proceso de civilización”. En ese camino calificó de “muy importante” educar en la empatía y reivindicó la recuperación de las humanidades “en pos de la enseñanza de aquellos valores cultivados en la Universidad de Salamanca desde el siglo XVI: la quietud, la comunicación real, la reflexión, el respeto a los demás y la consideración de lo humano en los procesos de decisión”. Esa formación sigue viva hoy en el respeto hacia los principios ambientales o el trabajo por la equidad de género, remarcó al tiempo que mostró su convencimiento en que la sociedad en que vivimos “está decidida a humanizar también el mundo tecnológico”.

 

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