Un experto del Instituto Cajal ha explicado hoy en Salamanca que el empleo de estradiol o moléculas similares podría ser útil en lesiones traumáticas o isquemias cerebrales
JPA/DICYT Luis Miguel García Segura, investigador del Instituto Cajal, centro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ubicado en Madrid, ha explicado hoy en Salamanca que la hormona sexual conocida como estradiol tiene efectos protectores sobre las neuronas, lo cual puede abrir una vía terapéutica en el futuro. En su visita al Instituto de Neurociencias de Castilla y León (Incyl), donde ha ofrecido una conferencia sobre este asunto, el especialista ha asegurado que la aplicación de este conocimiento al tratamiento de enfermedades neurodegenerativas parece remoto, pero que podría ser útil en lesiones traumáticas cerebrales e isquemias cerebrales.
En general, el equipo de investigación de García Segura trabaja sobre la acción de las hormonas sexuales en el cerebro, pero especialmente sobre el estradiol, según ha explicado en declaraciones a DiCYT. Sus estudios apuntan hacia las "acciones no reproductoras de estas moléculas", en particular, hacia las posibles acciones tróficas sobre las neuronas. "Estudiamos cómo regulan la plasticidad cerebral y qué efectos protectores tienen sobre las neuronas. El estradiol y otras hormonas sexuales están protegiendo al cerebro frente a daños neurodegenerativos", afirma.
Hace ya algunos años, "encontramos que el cerebro responde a los estímulos neurodegenerativos produciendo estradiol", es decir, que "no se trata de una hormona que viene de fuera, sino de un factor trófico local producido por el cerebro". Esta producción se genera por medio de las células de la glía y ocurre en las zonas donde hay una neurodegeneración. De hecho, "si bloqueamos esa producción de estradiol, el daño neurodegenerativo es mucho mayor". Por eso, "pensamos que uno de los muchos mecanismos de autoprotección que tiene el cerebro es producir estradiol para la supervivencia de las neuronas", señala.
Aplicación terapéutica
Además, el grupo de investigación también estudia la interacción de los mecanismos de protección del estradiol y otros factores tróficos también producidos por el cerebro. "Son mecanismos que intentamos desentrañar con la idea de elaborar posibles estrategias terapéuticas basadas en ellos", comenta. La aplicación de estradiol tiene sus limitaciones debido a los efectos hormonales que tendría, pero "estamos ensayando con moléculas parecidas al estradiol, que carecen de esos efectos hormonales y que están imitando los mecanismos neuroprotectores del estradiol en el cerebro. Con esas moléculas pensamos que es más fácil poder llegar a una aplicación terapéutica", asegura.
Aunque estos ensayos se realizan con modelos animales, "hay moléculas de este tipo que se están utilizando en clínica para otras cosas". Por lo tanto, sería más fácil y rápido aplicarlas en pacientes que si hubiera que realizar ensayos para comprobar la seguridad de estos tratamientos. Un ejemplo son los moduladores selectivos de los receptores de estrógenos, que están utilizándose para tratar cáncer de mama.
Sin embargo, el problema de los tratamientos para enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer y el párkinson es que el diagnóstico de estos problemas suele ser tardío y, en este caso, el tratamiento serviría para poco. "Estas moléculas pueden tener un efecto terapéutico cuando todavía hay neuronas que proteger, ya que tienen un efecto más neuroprotector que regenerativo", agrega el experto.
Sin embargo, una de las vías de aplicación que están estudiando en modelos animales podría ser la lesión traumática cerebral, porque se trata de "un suceso que se sabe cuándo ha ocurrido y tras el que hay una ventana de tiempo que nos permite actuar". Estas moléculas también tendrían efectos protectores en una isquemia cerebral, porque es un evento que ocurre en un momento determinado y tras el cual hay cierto margen de actuación para los especialistas.