Un proyecto de la Universidad de Salamanca plantea una tecnología de producción de energía eléctrica y térmica inexistente en España
JPA/DICYT El Departamento de Ingeniería Química y Textil de la Universidad de Salamanca ha diseñado una planta de cogeneración de electricidad mediante celdas de combustible. Este sistema emplearía hidrógeno y monóxido de carbono y podría producir tanto electricidad como energía térmica, una idea que está dando sus primeros pasos en Estados Unidos, pero inédita en España. El monóxido de carbono podría proceder de industrias que habitualmente lo emiten, de manera que se plantea como una energía limpia porque las emisiones finales serían insignificantes y la potencia que se obtiene por este sistema en relación a la cantidad de combustible empleado sería muy elevada.
Una celda de combustible es un dispositivo electroquímico que convierte directamente la energía química de una reacción en energía eléctrica. Se trata de un sistema para producir electricidad y calor basado en el combustible que se le proporcione. En el caso concreto del proyecto de la Universidad de Salamanca, "lo que se pretende es utilizar una celda cuyo combustible no sea sólo el hidrógeno, que es lo más utilizado en la actualidad. Proponemos utilizar también monóxido de carbono, ya que genera muchos problemas medioambientales en la industria y se podría aprovechar para este sistema", afirma Miryam Criado González, responsable del proyecto, en declaraciones a DiCYT.
En definitiva, a partir del planteamiento teórico de este proyecto se podría “construir una planta de cogeneración de electricidad mediante celdas de combustible para poder obtener energía térmica y energía eléctrica aplicadas a la industria”. Normalmente estas plantas de cogeneración “van asociadas a industrias como azucareras, alcoholeras, plantas de producción de petróleo y lugares como hospitales, piscinas climatizadas o aeropuertos”, explica la investigadora, que es una alumna que ha podido desarrollar la idea gracias a una beca del Programa de Prototipos Orientados al Mercado de la Universidad de Salamanca, en el marco del Proyecto de Transferencia de Conocimiento Universidad-Empresa (T-CUE) de la Junta de Castilla y León y con Eva Martín del Valle como directora del proyecto.
Este diseño puede ir asociado a cualquier tipo de planta, según explica Miryam Criado, y “proporciona beneficios medioambientales al contribuir a la reducción de emisiones a la atmósfera y beneficios económicos, al producir ahorro de energía primaria”. A partir de su trabajo, se podrían investigar las propiedades de las celdas de combustible, cómo construirlas en diferentes tamaños para ser más eficientes” e incluso comprobar la eficiencia de otros combustibles como el gasoil o la gasolina, aunque en principio no es la idea de este proyecto, que apuesta por una energía sin emisiones.
“En el laboratorio intentamos construir las celdas en diferentes tamaños y con diferentes materiales, intentando disminuir la corrosión y aumentar el tiempo de duración”, subraya la investigadora. Así, se están consiguiendo rendimientos “bastante buenos”, hasta de un 80% en cogeneración, “cuando las celdas solares llegan como mucho al 17%”, pone como ejemplo. En este sentido, el tamaño también es importante, porque las celdas de combustible de esta iniciativa pueden estar instaladas en una sala de apenas 10 metros cuadrados.
Las celdas funcionan provocando una reacción electroquímica al alimentarlas de hidrógeno y monóxido de carbono a la vez que se induce una corriente de aire, lo que produce la reacción electroquímica. “Estas celdas van conectadas unas con otras para producir más cantidad de potencia. El módulo de celdas en este proyecto llega a 25 megavatios”, comenta. Se trata de láminas cuadradas que se agrupan en módulos.
El futuro del proyecto es tan prometedor que “se valorará la posibilidad de patentarlo”, indica Miryam Criado. “En España no hay plantas de cogeneración, en Estados Unidos sí las hay, pero de muy poca potencia, así que esto es todo muy novedoso y habría que estudiarlo”, asegura.