La reunión Laser LatinLab concluye hoy tras analizar las posibilidades de colaboración entre científicos de Europa y de Iberoamérica
JPA/DICYT El encuentro Latin LaserLab, que reúne a destacados investigadores del campo de la tecnología de láseres ultraintensos y ultracortos de Iberoamérica y de Europa, finaliza hoy en Salamanca. Los científicos llegados de países latinoamericanos han expresado deseo de establecer sinergias con sus colegas europeos a través del Centro de Láseres Pulsados Ultracortos Ultraintensos (CLPU), así como de poder realizar intercambios con esta instalación de Salamanca para aprovechar las posibilidades del futuro láser de petavatio, que será uno de los más potentes del mundo.
El mexicano José Luis Hernández, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) ha mostrado el interés de su país contar con mejor tecnología láser, para lo cual tendría que evolucionar de la misma forma que lo ha hecho en Salamanca recientemente. "En México tenemos una incipiente red de usuarios interesados en láseres de pulsos cortos. Somos pocos, pero el principal problema es que no tenemos las instalaciones necesarias, así que nos interesaría mucho trabajar con Salamanca y con Europa en general", ha afirmado en declaraciones a DiCYT, ya que el Viejo Continente ya cuenta con esta tecnología avanzada.
De hecho, el científico confía en tener en el futuro un láser de petavatio como el que estará en funcionamiento en Salamanca en apenas dos años, basados en pulsos de luz muy breves y muy intensos. Hace ya varios años, los científicos propusieron a las autoridades mexicanas contar con un láser del orden de los teravatios. Sin embargo, "no ha habido financiación", pero "nos gustaría aprender de la experiencia de Salamanca", que cuenta en la actualidad con un láser de 20 teravatios, el más potente de España y que próximamente tendrá el láser de petavatio (1.000 teravatios).
Según Hernández, México está interesado en utilidades del láser como el micromaquinado de piezas mecánicas, es decir, la manipulación de materiales de tamaños muy pequeños, así como en materiales semiconductores. Sin embargo, el investigador destaca especialmente las aplicaciones médicas, como "la interacción de láseres con tejidos orgánicos, en particular piel y el ojo para operaciones de catarata y retina". En el plano teórico, también interesa la Ciencia básica, como la investigación en los pulsos láser de attosegundos (millonésima de billonésima de segundo).
Sin embargo, "el dinero que se invierte en estos temas es público y tenemos que regresarle algo a la sociedad", asegura. Por eso, considera que es necesario seguir buscando aplicaciones prácticas. En este sentido, "las tecnologías ópticas han mejorado nuestras vidas de forma impresionante", pero seguirán haciéndolo sobre todo en el terreno de la comunicación. "Cuando las tecnologías de pulsos cortos se incorporen a las comunicaciones, habrá una explosión aún más grande de las telecomunicaciones", agrega, de manera que este campo también es del máximo interés para su país.
Argentina
Por otra parte, en representación de Argentina ha viajado Gustavo Torchia, científico del Centro de Investigaciones Ópticas (CIOp) y del Consejo Nacional de Investigaciones científicas y Técnicas (Conicet), el principal organismo dedicado a la promoción de la ciencia y la tecnología en Argentina. El científico ha presentado los láseres que hay en Argentina basados tecnología ultrarrápida y ultraintensa. Se trata de láseres de la generación anterior a la que tiene ahora Salamanca, con los que se están desarrollando "varias líneas de investigación, por ejemplo: micromaquinado, óptica no lineal, propagación en fibras ópticas, generación de plasmas y propagación de estos láseres en medios turbulentos", ha explicado.
En su opinión, el Latin LaserLab "es una reunión muy positiva para conseguir sinergias entre los conocimientos de todos los grupos latinoamericanos para establecer una red potente en la cual pueda haber intercambio de investigadores, intercambio de ideas, movilidad de estudiantes y de investigadores para desarrollar proyectos en este tipo de temática".
El hecho de que los científicos latinoamericanos puedan estar en contacto con la instalación del láser de petavatio de Salamanca supone para ellos una oportunidad de formar científicos en la vanguardia de la investigación, trasladarlos a sus países y, "como usuarios, pensar problemas relacionados con esta instalación", asegura.
Colaboraciones
Torchia ya tiene colaboraciones con el CLPU en algunos campos, como "maquinado de circuitos ópticos, materiales ópticos para fabricación de láseres, ablación láser para determinación de composición de plasmas y generación y manipulación de nanopartículas mediante ablación en solución líquida", lo que le ha convertido hasta ahora en uno de los principales socios de los científicos salmantinos en Iberoamérica.
"Los países latinoamericanos tienen una fuerte tradición en estudio de Física del láser desde los años 60, cuando se desarrolló el primer láser en Estados Unidos", afirma Torchia. En los últimos tiempos, "hemos tenido suerte con respecto a las infraestructuras y hemos podido instalar láseres de potencia media que posibilitan explorar campos de aplicación con los pulsos ultracortos ultraintensos", añade.
La reunión Latin LaserLab ha congregado en Salamanca ayer y hoy a una treintena de investigadores procedentes de México, Argentina y Brasil, además de varios países de Europa. La idea es crear redes de colaboración científica aprovechando que el CLPU forma parte de LaserLab Europe, una red ya consolidada de 26 instalaciones láser europeas y que a la vez mantiene buenas relaciones con Iberoamérica.