Maite Huarte, investigadora de la Universidad de Navarra, ha explicado hoy en Salamanca las claves de un gran proyecto europeo que trata de conocer mejor el papel de un tipo de genes muy poco estudiados hasta ahora
JPA/DICYT Maite Huarte, científica del Centro de Investigación Médica Aplicada (CIMA) de la Universidad de Navarra, es una de jóvenes investigadoras en cáncer más prometedoras de la Ciencia española, como lo demuestra el hecho de haber conseguido una beca europea ERC Starting Grants, un tipo de ayuda destinada a jóvenes que lideran grandes proyectos y que, en su caso, supone una inversión de 1'5 millones de euros. La relevancia de su trabajo justifica este logro, ya que estudia una nueva clase de genes que están relacionados con las células tumorales, según ha explicado hoy en una conferencia impartida en el Centro de Investigación del Cáncer (CIC) de Salamanca.
La investigadora trabaja con una nueva clase de genes que no codifican proteínas, los ARN (ácido ribonucleico) largos no codificantes. "Estos genes se han encontrado recientemente y se sabe que se expresan en cualquier célula del organismo, pero no se entiende bien cuál es su función", afirma Maite Huarte en declaraciones a DiCYT. "Por mi trabajo y el de otras personas sabemos que probablemente están implicados en enfermedades como el cáncer porque, si su funcionamiento no es correcto, puede ser que las células se transformen y se vuelvan oncogénicas", asegura.
Hasta hace poco tiempo, estos genes eran desconocidos y el hecho de tratarse de un tipo de ARN que no codifica proteínas constituye una novedad muy importante. "El dogma de la Biología molecular clásico indica que el ARN es un mensajero que produce una proteína y esta proteína es la molécula que hace las funciones en las células", señala la científica. Es decir, que el ARN sería simplemente un intermediario. Pues bien, "ahora estamos viendo que hay ARN que no funcionan como intermediarios, sino que por sí mismos son las moléculas efectoras", un hecho que hasta hace poco era desconocido.
Estos ARNs largos no codificantes parecen estar muy relacionados con el gen p53, llamado habitualmente "el guardián del genoma", porque es un gen que responde cuando se producen daños en el material genético de la célula y así evita mutaciones que puede dar lugar a cáncer. "Algunos de estos genes se expresan cuando p53 se activa en las células. Este gen es un factor que protege a las células contra el cáncer y parece que estos ARN trabajan en conjunto con p53 para proteger a las células frente al cáncer", indica la investigadora navarra, que investiga con modelos in vitro y en animales.
Como ocurre con otras muchas moléculas, cuando se conozca mejor el papel de estos genes "podremos entender mejor la enfermedad del cáncer, que es muy compleja", apunta, "será una pieza más en el puzle tan complicado del cáncer y, probablemente encontremos también nuevas dianas para desarrollar terapias con fármacos que vayan dirigidos específicamente a estos genes".
En definitiva, el objetivo de su trabajo es entender cómo funcionan estos genes en el organismo y cómo su alteración puede afectar en el cáncer y para eso investiga con el apoyo de la beca ERC Starting Grants, que se concede a muy pocos investigadores europeos, entre ellos, Eva Martín del Valle, científica de la Universidad de Salamanca que también trabaja en el ámbito del cáncer, tratando de desarrollar microcápsulas que sirvan para mejorar la administración de fármacos en cáncer de pulmón.
Además de impartir un seminario de investigación sobre su trabajo, una de las razones por las que Maite Huarte ha visitado hoy Salamanca es la posibilidad de establecer contactos con los investigadores del Centro del Cáncer.