La Universidad de Salamanca recupera su histórico Reloj de la Torre

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Cuatro años de trabajo coordinado por el profesor Ricardo Canal han permitido devolver su esplendor original a este reloj de 1920
24/07/2013
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Comunicación Universidad de Salamanca
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El claustro alto de las Escuelas Mayores ha acogido esta mañana la presentación del Reloj de la Torre de la Universidad tras la completa restauración que ha permitido la recuperación de uno de los tesoros de la institución académica salmantina. 

El rector de la Universidad de Salamanca, Daniel Hernández Ruipérez, presentó este trabajo, que ha estado coordinado por el profesor Ricardo Canal Bedia de forma totalmente altruista. En el acto han estado presentes, además, la secretaria general, Ana Cuevas, el vicerrector de Economía, Ricardo López, la vicerrectora de Docencia, María Luisa Martín, el vicerrector de Política Académica, José Ángel Domínguez, y la vicerrectora de Relaciones Internacionales e Institucionales, Noemí Domínguez.

El reloj fue construido en el año 1920 en la fábrica de Terraillon y Petitjean en Morez (Jura), localidad francesa muy cercana a Suiza. El bastidor de madera sobre el que está colocado conserva las columnas originales que lo soportaron durante todos estos años y que, según cuentan las crónicas, ya sirvieron de soporte para un reloj anterior. Al final de la década de los 80 una grave avería lo dejó prácticamente inutilizado hasta el momento actual.

El rector quiso agradecer al profesor Ricardo Canal, quien confesó ser “psicólogo de profesión, pero mi oficio siempre ha sido el de relojero”, su esfuerzo y dedicación para recuperar este importante objeto, ligado a la historia de la Universidad de Salamanca.

La fábrica donde se produjo este reloj pertenecía inicialmente a Paul Odobey, uno de los relojeros más importantes de Francia, hijo de otro relojero histórico francés llamado Louis Delphin Odobey que en 1868 se instaló en Morez, donde creó la sociedad “Odobey-Cadet horlogerie mécanique et électrique monumentale”. Esta empresa pasó a Paul (su hijo mayor), quien en 1908 se la vendió a Lucien Terraillon y su socio Petitjean. Petitjean dejó la empresa antes de 1929.

El reloj se compró en 1920, por mediación de un importante relojero local llamado Miguel Santos Baz. Se puso en marcha el 30 de octubre de ese mismo año a las 12 de la mañana y fue descrito en aquella época como “una maravilla mecánica que responde a la importancia del monumental edificio donde está colocado”. Era la época en que estaba como rector Luis Maldonado, que lo fue desde 1918 hasta 1920 y entre 1922 y 1923.

El Reloj de la Torre marcó ininterrumpidamente los tiempos del día a día de la universidad durante casi 70 años, cuando una grave avería lo dejó prácticamente inutilizado. Retirado y almacenado en cajas ya en el siglo XXI, en 2008 un grupo de miembros de la comunidad universitaria, coordinados por el profesor Ricardo Canal Bedia, inició su restauración. Un trabajo que llevó casi cuatro años de reconstrucción de piezas que se habían perdido y recuperación de las existentes hasta dejarlo en su estado actual, tras recuperar su belleza y esplendor original.

En su interior, el reloj guarda un mensaje en el tiempo, un secreto depositado allí por sus fabricantes que podrá ser revelado dentro de otros 70 o 100 años, cuando otros relojeros lo desmonten para limpiarlo y sean capaces de encontrar ese mensaje que habla del amor y el cariño que a su manera expresaba el rector Luis Maldonado por la Universidad y por Salamanca.