“Es difícil predecir cuál es el virus que va a causar una pandemia”

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05/06/2014
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Agencia de Noticias DiCYT
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Adolfo García Sastre, investigador del Hospital Monte Sinaí de Nueva York formado en la Universidad de Salamanca, es experto en el virus de la gripe y ha participado en el XIII Simposio Internacional de Nidovirus

JPA/DICYT El investigador español Adolfo García Sastre trabaja desde hace más de dos décadas en Facultad de Medicina asociada al Hospital Monte Sinaí de Nueva York y es uno de los virólogos más prestigiosos en el estudio de una enfermedad tan conocida y cotidiana como la gripe. Formado en la Universidad de Salamanca junto al científico Enrique Villar, ha vuelto a esta ciudad para participar en el XIII Simposio Internacional de Nidovirus que se celebra a lo largo de esta semana.

En la conferencia que ha impartido hoy, ha explicado sus estudios sobre inducción de respuesta antiviral. “Hemos identificado una serie de genes que están involucrados en combatir las infecciones, tanto de la gripe como de otros virus”, ha comentado en declaraciones a DiCYT. “Sabiendo cómo funcionan los genes que tenemos para combatir las infecciones víricas, pensamos que podremos averiguar cómo poder hacerlos más fuertes y poder desarrollar nuevos antivirales”, añade.

En general, el trabajo de Adolfo García Sastre está relacionado con la patogénesis del virus de la gripe, la inducción de respuesta inmune, las vacunas, los antivirales y las razones por las que algunos virus causan problemas imprevistos. “A veces, saltan de animales a humanos y causan pandemias, queremos saber qué causa la enfermedad y qué se puede hacer para mitigarlo”, indica.

En este sentido, “es difícil predecir cuál es el virus que va a causar una pandemia, no podemos predecir cuándo va a ocurrir ni qué severidad va a tener”, comenta. Las cepas de virus de la gripe que se hallan fuera del ser humano son las que causan problemas cuando se adaptan al hombre. “Son cepas que tienen que mutar o adquirir genes de otras cepas humanas, pero no se sabe cuántos cambios tiene que tener cada cepa para que sea capaz de infectar a humanos, por eso es imposible predecir cuál es la próxima que va a causar problemas, es una lotería”.

El virus de la gripe cambia cada año y obliga a fabricar nuevas vacunas, así que uno de los grandes retos de los científicos es conseguir una vacuna universal, algo que todavía está lejos, aunque los investigadores ya han dado algunos pasos. “Ahora mismo, en modelos animales ya hay vacunas que han logrado protección contra cepas múltiples del virus de la gripe”, explica. Están basadas en características que se conservan en todos estos virus, de manera que se puede inducir cierta inmunidad, aunque muy limitada. Además, aún se desconoce si la protección que se ha logrado en ratones sería extrapolable a humanos, lo cual requiere garantizar que la posible vacuna sea segura y eficaz y realizar enormes ensayos clínicos.

Aunque el objetivo de lograr esa vacuna universal es muy complejo y sólo se puede plantear a largo plazo, sería la mejor noticia posible, “mejor que cualquier tipo de antiviral, siempre es mejor prevenir que curar, porque con los antivirales sólo podemos aspirar a mejorar los síntomas de las enfermedad una vez que la tienes”.

La actuación frente a la gripe A

La complejidad de abordar este tipo de temas salta a la vista cuando se analiza lo que ocurrió hace pocos años con la gripe A. Algunos consideran que la alarma que se desató fue desmedida, pero según este experto la principal dificultad para gestionar el problema fue la falta de comunicación. “Las primeras informaciones procedían de México e indicaban una gran severidad, porque había muchas personas hospitalizadas. Sin embargo, desconocíamos cuánta gente estaba infectada sin estar hospitalizada y tampoco sabíamos si el diagnóstico era el adecuado. En realidad, había muchos más casos de enfermedad no severa, pero entonces lo desconocíamos. Incluso cuando empezamos a ver que no era tan peligrosa, no estábamos seguros de que no fuera a volverse más virulenta porque se desconoce el proceso de adaptación del virus, puesto que en las últimas pandemias aún no hemos contado con técnicas sofisticadas de secuenciación ni se han podido aislar los virus originales”, detalla.

Según Adolfo García Sastre, habría sido mejor reconocer que se desconocía la gravedad de la gripe A, pero advirtiendo de la necesidad de estar preparados. “Si el problema es severo, hay que tener la vacuna, si esperamos a ver la gravedad que puede presentar, no da tiempo”, afirma. El riesgo que se corre por anticiparse es tirar el dinero, reconoce, pero las consecuencias habrían sido peores ante una pandemia grave por falta de prevención.