Científicos recuperan una secuencia climática de los últimos 5,3 millones de años a partir del sedimento del sustrato oceánico del Golfo de Cádiz

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12/06/2014
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Comunicación Universidad de Salamanca
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José-Abel Flores y Francisco Javier Sierro, de la Universidad de Salamanca, forman parte de la expedición internacional que estudia el flujo de agua del Mediterráneo hacia el Atlántico y su repercusión en las variaciones del clima

La prestigiosa revista Science publica hoy los resultados de la investigación en su artículo “Onset of Mediterranean Outflow into the North Atlantic

Comunicación Universidad de Salamanca | 13/06/2014 Una expedición internacional compuesta por 34 científicos de 14 nacionalidades, entre los que figuran los catedráticos del Departamento de Geología de la Universidad de Salamanca José-Abel Flores y Francisco Javier Sierro, han conseguido recuperar una secuencia climática de los últimos 5,3 millones de años en la región del Golfo de Cádiz y Portugal gracias al estudio de 5 km. de muestras de sedimentos del sustrato oceánico del corredor del Estrecho de Gibraltar.

Además, en “esta investigación se pone de manifiesto el papel que ha jugado el flujo de agua Mediterránea profunda hacia el Atlántico a lo largo de los últimos 6 millones de años”, subrayan Flores y Sierro al Área de Comunicación de la Universidad.

Los resultados de la investigación en la que, asimismo, se encontraron nuevas evidencias de una pulsación tectónica profunda, así como datos relacionados con la exploración de hidrocarburos y gas que podrían influir decisivamente en la explotación de esa área, acaban de ser publicados por la prestigiosa revista Science en su artículo titulado “Onset of Mediterranean Outflow into the North Atlantic” (“El inicio de flujo de salida del Mediterráneo en el Atlántico Norte”).

La Expedición 339 del Integrated Ocean Drilling Project (IODP), Mediterranean Outflow se desarrolló entre noviembre de 2011 y enero de 2012 a bordo del buque oceanográfico Joides Resolution. El objetivo de los científicos era comprender cómo actuó el Estrecho de Gibraltar, uno de los corredores oceánicos más importantes del océano y reabierto hace algo menos de 6 millones de años, primeramente como una barrera y posteriormente como puerta de entrada hacia el Atlántico.

Los datos obtenidos han permitido a los investigadores comprender cómo ha sido el flujo de salida de agua del Mediterráneo a través del Estrecho. Actualmente el agua mediterránea profunda “aporta calor y gran cantidad de sal al Atlántico ejerciendo una influencia importante en el circuito meridional de calor del Atlántico Norte, que lleva calor hacia el mar de Noruega y Groenlandia”, explican los científicos de la Universidad de Salamanca. La investigación desarrollada revela que “el flujo de agua Mediterránea hacia el Atlántico fue muy débil hasta hace unos 2.5 millones de años, momento en el que se establece un fuerte flujo de sal hacia el Atlántico con consecuencias en el circuito de calor del Atlántico”, apuntan José-Abel Flores y Francisco Javier Sierro.

El establecimiento de esa corriente de conexión entre cuencas, da lugar a un incremento de agua relativamente salada a profundidades intermedias lo que contribuye a mejorar la circulación termohalina, mecanismo determinante en el contexto climático que se encarga del intercambio energético en el Planeta. La adición de esta agua, salada y cálida, redujo el gradiente térmico entre polos y ecuador en el periodo altamente cálido que tuvo lugar en el Plioceno, en torno a 3,2-3 millones de años, al principio del Cuaternario (2,4 a 2 millones de años) y entre 0,9 y 0,7 millones de años. Estos eventos climáticos coinciden con la presencia de hiatos (ceses en la sedimentación), cambios pronunciados en el modelo de la arquitectura de los cuerpos sedimentarios y el establecimiento de la morfología del actual fondo oceánico.

Hiatos y cambios en los procesos de depósito se relacionan con eventos tectónicos regionales e inestabilidad de los márgenes. Se han descrito cambios similares en la sedimentación profunda y tectónica en otros márgenes del entorno, tanto en el hemisferio Norte como en el Sur, demostrando que la relación entre pulsos climáticos y tectónica de placas opera en un amplio rango de escala de tiempo. El solapamiento temporal de estos eventos sugiere que están relacionados con la reorganización general de placas en el Atlántico Norte.

Estrecho de Gibraltar, contornitas e hidrocarburos Inactiva la comunicación Atlántico-Mediterráneo por varios cientos de milenios hoy, por debajo de la superficie oceánica, una potente cascada de agua mediterránea pasa a través del estrecho de Gibraltar hacia el océano Atlántico. Debido a que esta agua mediterránea es más salada que la atlántica, y consecuentemente más densa, se hunde a más de 1.000 m, excavando el fondo y generando cañones profundos, a la vez que en otros puntos el material transportado genera montañas de fango y arena en lugares que hasta el momento son escasamente conocidos.

Estos sedimentos, llamados contornitas porque las corrientes que producen estos depósitos siguen el contorno de las cuencas marinas, constituyen un archivo en el que quedan registradas la variabilidad climática y actividad tectónica durante el tiempo de depósito, esto es los últimos 5,3 millones de años. La investigación ha puesto de manifiesto una vez más que océano y clima están estrechamente relacionados y muestra la relación evidente entre variabilidad climática y depósito contornítico.

Al respecto, se halló una proporción de arenas contorníticas muy superior al esperado. Estas arenas se reconocen rellenando canales, depositados como capas muy gruesas en montañas de fango, y en una sola e inmensa capa de arena que se extiende en torno a 100 kilómetros desde el estrecho de Gibraltar. Estos rasgos testimonian la gran fuerza, alta velocidad y larga duración de las corrientes de salida del Mediterráneo. Asimismo, este hallazgo tiene connotaciones económicas añadidas ya que podría afectar la futura exploración de petróleo. El espesor, extensión y propiedades de estas arenas constituyen el entorno ideal para la acumulación de hidrocarburos. ________________________________________ Más información: José - Abel Flores Villarejo y Francisco Javier Sierro, catedráticos del Departamento de Geología de la Universidad de Salamanca. Telf.: 923 294500, ext. 4497. Correo electrónico: flores@usal.es y sierro@usal.es