El salmantino Adolfo Sánchez Blanco predice la variabilidad de la duración de la vida en el gusano C. elegans

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05/05/2011
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Comunicación Universidad de Salamanca
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Licenciado por la Universidad de Salamanca, este investigador post-doctoral trabaja en el Departamento de Biología del Desarrollo de la Universidad de Stanford desde 2005

Salamanca, 6 de mayo de 2011. La duración de la vida puede manipularse genéticamente. Es uno de los descubrimientos científicos derivados de las investigaciones llevadas a cabo con el gusano Caenorhabditis elegans, un organismo de aspecto transparente que mide aproximadamente un milímetro de longitud y que es comúnmente utilizado en estudios biomédicos. Aquel hallazgo se produjo en 1993 cuando, mutando un gen, se consiguió que los gusanos vivieran el doble de lo normal. Pero este descubrimiento no es el único. El C. elegans continúa aportando valiosa información en el ámbito de la genética molecular del envejecimiento. De hecho, en los últimos 10 años, 3 premios Nobel han sido otorgados a investigadores que realizaron sus descubrimientos en este gusano. Los últimos avances llegan desde la Universidad de Stanford en California, donde trabaja desde 2005 el salmantino Adolfo Sánchez Blanco, licenciado en Biología en 1996 por la Universidad de Salamanca. La revista científica PLoS Genetics, una de las más prestigiosas en el campo de la especialización genética, publica el artículo elaborado por Sánchez Blanco en el que explica los resultados de su investigación, supervisada por el genético Stuart Kim. En declaraciones al Área de Comunicación de la institución académica salmantina, Adolfo Sánchez ha explicado que “es la primera vez que utilizando la expresión genética de un solo gen hemos logrado predecir cuánto les queda de vida a distintos individuos de C. elegans cuando son todavía jóvenes, el equivalente a seres humanos de 40 años de edad”. Pero además, Sánchez Blanco, que es investigador también desde 2008 en el Centro de Estudios de la Longevidad de Stanford, asegura que “es especialmente interesante señalar que no sólo predecimos cuánto tiempo van a vivir los gusanos, sino que utilizamos este sistema para entender molecularmente por qué unos gusanos viven más que otros cuando todos ellos tienen la misma edad cronológica, el mismo genotipo y viven en el mismo ambiente controlado en el laboratorio”. En este sentido, uno de los resultados principales de la investigación, llevada a cabo en el Departamento de Biología del Desarrollo de la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford, “es que la variabilidad en la vida de un gusano a otro se debe, al menos en parte, a la actividad de un factor de transcripción codificado por un gen llamado daf-16, un gen que es parte de una ruta genética similar a la de la insulina en humanos”, afirma el salmantino. Aunque el C. elegans es un organismo muchísimo más simple que el ser humano, se utiliza de manera habitual en estudios biomédicos porque comparte con él muchas características. Según el investigador Sánchez Blanco, “se calcula que aproximadamente el 80% de los genes de C. elegans tiene el mismo tipo de función que sus genes homólogos en humanos. De hecho, en muchos casos se puede sustituir el gen de C. elegans por el gen humano equivalente y el gusano mantiene su función normal”. Además de estas similitudes, esta especie de nematodo (gusano que posee aparato digestivo) ofrece muchas ventajas para la investigación. Tal y como explica el salmantino, “es sencillo de manipular y su mantenimiento es barato. Su genoma está secuenciado, fue el primer animal cuyo genoma se secuenció, y existen herramientas genético-moleculares para el estudio de la función de los genes”. Es más, en las investigaciones del envejecimiento es el organismo más utilizado porque tiene una vida media de tan solo 18 días, lo que acelera considerablemente la obtención de resultados en este campo. En el artículo publicado en PLoS Genetics y titulado Un odómetro molecular del envejecimiento que predice la duración de la vida del gusano C. elegans, Sánchez Blanco explica que para predecir qué individuos iban a ser más longevos en una población de gusanos de la misma edad se utilizaron ocho genes de C. elegans cuya expresión disminuía o aumentaba a medida que el gusano envejecía. Así, por ejemplo, “un gen cuya expresión disminuye a medida que el gusano envejece se expresa a un nivel más elevado en gusanos de edad fisiológica joven, independientemente de que estos gusanos tengan la misma edad cronológica que el resto de gusanos de la población examinada y, por lo tanto, se puede predecir que este gusano vivirá una vida más larga”, escribe el investigador en su artículo. Adolfo Sánchez Blanco considera que a la luz de los resultados de este trabajo, que indican que en seres humanos podría darse algo parecido, “en un futuro no muy lejano, a través de biopsias humanas, se podría evaluar la expresión de genes que ayudarían a predecir cuánto tiempo va a vivir una persona cuando ésta es todavía joven y cuáles serían los factores principales que afectarían a su longevidad”. Sánchez Blanco realizó su doctorado en la University of Connecticut Health Center en 2005 tras una estancia en el laboratorio marino de la isla de Man y actualmente está en proceso de ser evaluado para un contrato JAE-doc del CSIC en el Centro de Investigacion del Cáncer de Salamanca, en el laboratorio de Faustino Mollinedo.