La Universidad de Salamanca ha recibido para su custodia dos sinopias del siglo XV desaparecidas hace décadas pertenecientes al conjunto artístico denominado Cielo de Salamanca. Las investigaciones llevadas a cabo por la Brigada de Delitos contra el Patrimonio de la Guardia Civil, tras la denuncia presentada por el rector José Ramón Alonso, han permitido localizar estas piezas catalogadas como Patrimonio Histórico Artístico.
Las dos sinopias recuperadas representan a las constelaciones de Leo y Centauro y se trata de los dibujos que el artista realizaba sobre el enlucido del muro como preparación de las pinturas. Sus dimensiones son espectaculares, ya que la primera tiene un tamaño de 200 x 200 cm. y la segunda de 200 x 270 cm.
El origen de la investigación se debe a la actuación de dos miembros de la Comisión Asesora en Patrimonio de la Universidad de Salamanca, constituida por el rector, José Ramón Alonso, al inicio de su mandato hace casi dos años. Los profesores José María Martínez Frías y Antonio Casaseca le informaron de la existencia de sinopias desaparecidas del Cielo de Salamanca que podrían estar en manos de particulares.
Tras tener conocimiento de este hecho, el rector solicitó más información sobre la situación jurídica de estas piezas y ordenó la búsqueda de estas obras de arte, creadas a finales del siglo XV por el pintor Fernando Gallego (1440-1507) para cubrir la bóveda de la antigua librería del Estudio salmantino. La obra original ocupaba una superficie de unos 400 metros en la que estaban representados “un cielo estrellado, los planetas y la bóveda celeste con todas las constelaciones del Zodíaco”, según la describió el humanista italiano Lucio Marineo Sículo, profesor de Retórica y Poesía en la Universidad de Salamanca entre 1484 y 1496.
El director académico de los Servicios Jurídicos, el profesor José Ramón García Vicente, elaboró un informe en el que se demuestra el nivel máximo de protección oficial de esta obra por su interés cultural. La investigación realizada, en colaboración con la Consejería de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León y de varios investigadores, demostró la pertenencia de estas obras al conjunto del Cielo de Salamanca y se alertó sobre la posibilidad de que algunas de ellas pudieran haber sido exhibidas en exposiciones públicas.
Con toda la información recopilada, el rector de la Universidad de Salamanca se personó en Madrid para exponer los resultados obtenidos y formalizar la pertinente denuncia ante la Guardia Civil. Esto permitió la apertura de diligencias en el Juzgado de Instrucción número 1 de Salamanca, con el fin de que se localizaran y, en su caso, se recuperaran para el patrimonio salmantino. Agentes de la Brigada de Delitos contra el Patrimonio iniciaron la búsqueda de las obras, que ha culminado con la localización de las sinopias de Leo y Centauro.
La Universidad de Salamanca ha sido designada depositaria judicial y continuará en el ejercicio de las acciones necesarias para la definitiva recuperación de estos dibujos sobre estuco, cuyos originales forman parte de la imagen corporativa de la institución y sirvieron de inspiración en el diseño del logotipo de Salamanca Ciudad Europea de la Cultura en el año 2002.
El Cielo de Salamanca, que actualmente se exhibe en una de las salas del Patio de Escuelas Menores, es el único fragmento que se conserva (aproximadamente una tercera parte de la totalidad) de la bóveda que cubrió la primera biblioteca de la Universidad de Salamanca construida a partir del año 1473, ubicada encima de la actual capilla de las Escuelas Mayores.
Las obras de este espacio de planta rectangular (22 x 8,35 m.) fueron dirigidas por los maestros moros Alí Yuçaf e Ibrahim y se prolongaron hasta 1479. Según explica el profesor Martínez Frías, en su libro “El Cielo de Salamanca” (Ediciones Universidad de Salamanca, 2006), parece comprobado que el autor de las pinturas fue Fernando Gallego, “el pintor de mayor relieve del foco salmantino y máximo representante de los pintores hispanoflamencos activos en la región en el último cuarto del siglo XV y primeros del siguiente”, quien comenzó sus trabajos hacia 1483.
La adquisición a principios del siglo XV de un nuevo retablo mayor llevó al Claustro universitario a ordenar el derribo del suelo de la biblioteca, lo que convertiría la bóveda astrológica de la Librería en la nueva cubierta de la capilla. El deterioro progresivo de la bóveda obligó a la construcción de una nueva estructura a mediados del siglo XVIII, ocultando la obra pictórica concebida por Gallego. La bóveda celeste se dio por perdida hasta que Gómez-Moreno, a principios del siglo XX, comprobó que una parte importante se había salvado. En la década de los 50, durante el rectorado del doctor Tovar, estas pinturas fueron restauradas y trasladadas al emplazamiento actual.
El equipo de Gobierno de la Universidad de Salamanca ha agradecido encarecidamente tanto a la Guardia Civil como a todas las instituciones y particulares que han colaborado en la investigación el excelente trabajo realizado, al tiempo que reitera así su compromiso con la defensa, mejora y preservación del patrimonio histórico y artístico de la institución académica.