
Salamanca. 13 de julio de 2009. El Observatorio Interuniversitario de la Cooperación Internacional al Desarrollo en Castilla y León ha hecho público el primer informe sobre la actividad de cooperación al desarrollo que se lleva a cabo en la Comunidad. En la presentación han participado el rector José Ramón Alonso, el vicerrector de Relaciones Internacionales, Manuel Alcántara, y el Director de la Oficina de Cooperación, Luis Norberto González Alonso. Desde su constitución en el 2008, el observatorio está formado por las cuatro universidades públicas de la región y la Junta. El estudio trata de perfilar una primera instantánea de lo que es la cooperación al desarrollo en Castilla y León analizando el estado actual de la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD), las características y actividades de las ONGD, la Cooperación Universitaria al Desarrollo, el aporte de las empresas y cajas de ahorro de la Comunidad; y el mensaje que los medios de comunicación social transmiten sobre la cooperación al desarrollo. En el estudio han participado investigadores de las Universidades de Valladolid, Burgos, León y Salamanca. Dentro de las conclusiones fundamentales de la investigación se encuentra “el lento pero continuado” crecimiento de los recursos destinados a la AOD, así como el reconocimiento y aceptación por parte de la sociedad castellanoleonesa de la cooperación al desarrollo. Por otra parte, también destaca que las universidades y cajas de ahorro dedican mayores esfuerzos y recursos en la lucha contra la pobreza y resalta que la región más beneficiada de estas ayudas es Latinoamérica. El tejido social solidario tiende a crecer en la región. Asimismo, la casi totalidad de las ayudas se hacen mediante proyectos de desarrollo con la mediación de ONGD y se orientan más los servicios sociales básicos. Dentro de las principales recomendaciones realizadas se enfatiza en la organización y capacitación de personal específico para esta actividad que ayude a optimizar la gestión de los recursos dentro de las administraciones públicas. También en materia de política y coordinación recomiendan avanzar en la definición propia de una política de cooperación apegada a los estándares de las organizaciones nacionales e internacionales. Otro de los aspectos que subraya es la necesidad de que las empresas se impliquen más en los esfuerzos comunes para contribuir con los países en vías de desarrollo.